Los príncipes no son reales en cuanto a personalidad estimada e idealizada. Jimin tiene una vida perfecta, en su palacio, con su familia; pero todos tomamos ciertas decisiones equivocadas alguna vez. Sin duda, para el rubio obligado a teñir su cabel...
El siguiente capítulo contiene escenas narradas e imágenes:
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Jimin comía de su helado a la par de Kook, ambos en un cómodo silencio sentados en aquella plaza con el carrusel a sus espaldas, habían decidido esperar hasta que fuera de noche y este brillara con todas sus luces resplandecientes para montar. Poco sabía Minnie que JK había pagado por más de un viaje y así pudieran disfrutar lo máximo posible, la mirada de un niño ilusionada había convencido a JK de que había hecho lo correcto.
Ambos se miraron y estallaron en carcajadas, llamando así la atención de los transeúntes a su alrededor, tenían los labios, lenguas y dientes ennegrecidos por el pigmento del helado y su cono.
-Ya deja de reirte, la gente nos mira. -Se queja apenado el menor sin poder detener su risa él mismo.
-Deberás acostumbrarte a las miradas, suelo tenerlas siempre encima. -Declara reteniendo su risa en suaves sonrisas.
-No sé si tomármelo como un indirecta de que siempre quieres estar conmigo o como que tienes el ego muy subido. -Bromea pasando con delicadeza un pañuelo desechable por los finos labios de JK.
-La primera opción obvio. -Le guiña un ojo sonrojándolo. -Y aunque me gustaría que me miraran por lo guapísimo que soy, sé que me miran por otra cosa.
-¿Por qué? -Cuestionó limpiando ahora su propia boca antes de darle una lamida más al helado.
-La gente suele asustarse cuando me ve. No solo me pasa a mí; también a los chicos y las chicas. Supongo que es nuestro aspecto de delincuentes. -La mirado oscura del menor se vuelve filosa por la indignación.
-Eso son estereotipos de la sociedad. -No sabe porqué, pero de repente se siente un idiota pues los ojos de Jimin han dejado de brillar y su sonrisa ha desaparecido. -Odio los estereotipos. -Susurra, como acto reflejo el mayor rodea la pequeña mano de Jimin para querer darle fuerzas. -¿Sabes cuál era mi estereotipo ideal? -JK niega despacio. -Por él tuve que fingir toda mi vida ser quien no era, estar feliz cuando no lo estaba y callarme en situaciones en las que debería haber defendido o gritado la verdad.
-Minnie no me lo cuentes si no quieres, yo lo entiendo y... -La sonrisa sincera, pero rota, del menor le hace detenerse. Un suspiro pesado y continua.
-El hijo perfecto, el hermano perfecto, el ejemplo perfecto. Debía tener notas impecables, una actitud sumisa y obediente, una sonrisa siempre en el rostro aún que me encontrara mal física o anímicamente, debía utilizar palabras correctas y nunca dar mi opinión. -Necesitando más calor y apoyo se acerca más a él quien rápido lo capta y rodea sus hombros en un ligero abrazo de lado. -Mi primer chándal y mis primeros vaqueros me los puse cuando llegué a Busan, siempre eran trajes elegantes, camisas de algodón o seda, maquillaje en exceso para tapar las impurezas y el cabello largo y brillante para causar una buena impresión. Mi opinión nunca era tomada en cuenta, solo era un adorno junto a mi familia.
