Los príncipes no son reales en cuanto a personalidad estimada e idealizada. Jimin tiene una vida perfecta, en su palacio, con su familia; pero todos tomamos ciertas decisiones equivocadas alguna vez. Sin duda, para el rubio obligado a teñir su cabel...
El siguiente capítulo contiene escenas narradas e imagines:
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Jimin miraba aún absorto su muro de Twitter con esa publicación de Kook. Su cuerpo parecía debatirse entre en entrar en pánico o llorar de felicidad, con manos sudorosas le hizo un gesto a su pequeña cuñada en el cual le decía que iba a buscar a su "Oppa Kookie"; Lia asintió más que tranquila jugando a dar vueltas a su nuevo vestido de princesa mientras se veía brillar en el espejo de su cuarto.
Al salir al pasillo se encontró con su otra cuñada y amiga, esta le sonrió y extendió la mano que el pelinegro tomó rápidamente. Tras esta el cuarto de Jennie donde puedo ver a Vante sentado en la cama de la chica sonreirle a modo de saludo.
-Ese es su cuarto, seguramente esté entrando en pánico también. -Declaró Jeon, "Choi" asintió. -Pero yo sé que sientes lo mismo, deberías decírselo antes de que tenga un colapso. -Ambos amigos rieron y se despidieron con un ligero abrazo mientras Jimin se encaminó al cuarto de su novio.
La puerta estaba abierta así que no fue necesario tocar, tres de las paredes eran blancas dando una gran iluminación en esta y la cuarta pared (la del cabecero) era de un violeta intenso. Encontró a Kook sentado en el centro de su cama tocando unos ligeros acordes en su guitarra. Era la primera vez que lo veía tocar la guitarra, sabía que lo hacía, pero verlo era mucho más excitante y bello que imaginarlo.
Sus pisadas por el suelo de madera lo delataron y captó así la atención del pelinegro. Sus miradas oscuras conectaron con la tensión de miles de rayos eléctricos una noche de tormenta de verano, sus pieles incluso se erizaron y sus sonrisas bobaliconas enamoradas los delataron como lo que eran. Amantes.
-También te amo. - JungKook sonrió aún más amplio y sintió su garganta contraerse, aquel bello sentimiento solo podría hacérselo sentir ese bello, en todos los sentidos, hombre frente a él. Cuando los ojitos del menor se aguaron los de él también lo hicieron y trató de ocultarlo dejando la guitarra a su lado y tumbándose del todo en su cama. -Amoooor. -Canturreo Minnie subiendo a la cama hasta gatear sobre el cuerpo de su novio y sentarse en sus caderas para dejar su pecho caer sobre el de él y abrazarlo con fuerza.
-Te amo mucho. -El abrazo fue devuelto con la misma intensidad. Minnie sollozó en el cuello del chico, escucharlo era la mejor de sus maravillas vividas. Era la primera vez que escuchaba esas palabras dirigidas a él, bendito destino que le había preparado el cruzar su camino con el amor de su vida perfecto y amoroso, niño y adulto, malvado y sexy, bad boy y dulce. -Ven, quiero enseñarte algo.
Con movimientos complicado sentó a ambos sin retirar a Minnie de su regazo y en el pequeño hueco entre sus cuerpos colocó de nuevo la guitarra. Miró a su novio y besó sus mejillas sonrojadas antes de retirar las lagrimas de estas, Minnie copió su acto limpiando las duras facciones atractivas de su chico.
Los dedos largos de sus masculinas y tratadas manos comenzaron a deslizarse con agilidad pero en caricias sexys sobre las cuerdas de la guitarra, la melodía resonando entre sus cuerpos haciéndoles vibrar. La voz de Kook en voz baja entonando las palabras de una gran declaración, una declaración a la que Minnie quiso unirse siguiendo la letra que su novio cantaba para él.
