Chapter 3

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Intenté tragarla y luego tosí cuando lo logré, medio asfixiado aún. 

Hwanwoong  apareció de pronto a mi lado, mientras la puerta de la entrada ya estaba cerrada.

─ Dongju, ¿estás bien? ─ Me preguntó, pero la tos que salía de mi garganta me impedía hablar.

 ─ Te daré un poco de agua, espera. ─ Corrió hacía la llave y tomó un vaso, llenándolo rápidamente con el líquido que salía del grifo. 

Se acercó a mí y me extendió el vaso, yo tomé del agua, esperando que aquel ardor en la garganta desapareciera y la tos se fuera también.

─ ¿Mejor?

─ Sí. ─ Deje el vaso sobre la barra de la cocina. ─ Gracias.

─ Eso te pasa por atragantarte con la comida, bestia. ─ Bromeó.

Reí ante el apodo.

─ Bueno, eso me pasa porque me hiciste venir desde otro continente sin comer. ─ Refuté, riendo.

Hwanwoong  se sentó a mi lado y me arrebató la galleta para terminarla de comer él.

─ ¡Oye!

─ Hay pizza en el refrigerador, creo que eso podría llenarte más que una galleta. ─ Dijo.

─ Tengo más sueño que hambre, así que mejor mañana me llevas a desayunar. ─ Sonreí. ─ Oye, Hwanwoong... ─ Vacilé y me dediqué a jugar con mis dedos. ─ Geonhak es... ¿tu novio?

─ Y lo que más amo. ─ Afirmó.

─ ¿Y por qué no me lo habías contado, Yeo? ─ Me hice el indignado.

─ Porque... llevo un mes saliendo con él.

─ ¿Un mes? ¡Nuestra última llamada fue ayer! ─ Le recalqué.

Él se encogió de hombros en su lugar.

─ Bueno, quería darte una sorpresa.

─ Pues lo lograste. Pensé que después de lo Mingi y tú ya no... ─ Me quedé en la mitad de la frase, pero él me entendió

─ Sí, yo también lo pensé. Sino, no hubiera huido del país como cobardemente lo hice. ─ Sonrió. ─ Pero conocí a Geonhak y... lo amo.

─ ¿De verdad? Hace un mes que salen, qué tanto lo puedes conocer. ─ Musité.

─ Lo suficiente. ─ Me miró serio. ─ Pensé que estarías contento por mí.

─ ¡Lo estoy! ─ Y lo estaba de verdad, pero algo se removía dentro de mí, algo que me hacia estar confundido. Ese tipo de confusión cuando no te explicas el porqué las cosas avanzan tan rápido de un día para otro. ─ Estoy feliz de que hayas seguido adelante con tu vida, me pones de ejemplo. ─ Admití.

─ ¿Qué quieres decir con que te pongo de ejemplo? ¿Sigues enamorado de Yeosang? ─ Saltó hacía atrás mirándome sorprendido.

─ ¡Para nada! Eso ya pasó. A lo que me refiero es que, no te quedes estancado en un pasado; como yo con el accidente de mis padres.

─ Oh, Dongju, eso fue hace ya tres años, ahora eres un fotógrafo profesional y tienes mucho que sacar en esta vida que llevas. ─ Me pasó el brazo por los hombros. ─ Pero ahora no hablemos de temas tristes, mejor dime... ¿Has conocido a alguien en especial? ─ Sonreí ante su curiosidad y su enorme sonrisa indagante. Pero a la mente se me vino el nombre de Kim Geonhak, como una oleada de viento, rápida y fugaz.

─ Que cosa más extraña.

─ ¿Qué? ¿A quién conociste? ─
Me di cuenta de que lo había pronunciado en voz alta, o suficientemente fuerte para que Hwanwoong me oyera.

─ ¿Eh? Ah... ─ Tartamudeé.

Manual de lo prohibido [LeeOn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora