Mientras comíamos saqué varias fotografías del lugar y justamente como la vez anterior, el rostro de él apareció furtivo entre algunas.
No sabía qué pasaba, no sabía por qué cada vez que Geonhak hablaba me maravillaba tanto, no sabía tampoco por qué cuando me miraba algo se removía en mí, ni tampoco sabía por qué cuando mencionaba mi nombre me sentía especial.
Eso me obligó a pensar en Hwanwoong y sin saber tampoco por qué, me sentí culpable de pronto.
Todos mis intentos por hacer que él no pagara la comida fueron en vano.
Me llevó de regreso hasta el departamento de Hwanwoong. Mientras, la fierecilla rogaba por encontrar alguna manera de extender el tiempo y si era posible, hacerlo parar.
Aquello daba miedo, porque yo también lo deseé.
Cuando llegamos, él subió conmigo, encaminando sus pasos con los míos
─ Espero que a Hwanwoong le hayan dado el trabajo. ─ Dije, mientras mis pies cansados, subían desganados los escalones del edificio.
─ Yo también, sueña con eso desde hace tiempo. ─ Concordó.
─ Exacto, sé que lo haría bastante feliz estar dedicando su tiempo a algo que le gusta mucho hacer. ─ Sonreí.
Abrí la puerta del departamento y oí el chasquido de la llave al quitar el seguro. Geonhak siguió mis pasos y se adentró también. Una rara combinación entre la extrañeza y la emoción creció repentinamente en mí. Me lo quedé mirando cuando cerró la puerta.
─ Son las tres y treinta, seguro que le dieron el empleo. ─ Dijo, observando el reloj que colgaba de la pared.
─ ¿Tú crees? ─ Pregunté, mientras sentía a la fierecilla celebrar de la emoción, y no precisamente por una buena razón.
─ Sí, ¿te molesta si lo espero? ─ Preguntó, jugando con una manzana que había tomado de algún lugar de la cocina.
─ No, por supuesto que no. Siéntate.
La emoción en mí creció aún más, el tiempo con Geonhak se me había expandido, o al menos hasta que llegara Hwanwoong.
El día terminó, Hwanwoong había llegado pasadas de las cinco de la tarde, anunciando jovialmente su empleo y Geonhak, luego de tres horas más tarde se había marchado.
Ahora me encontraba recostado en la cama, mirando el techo de nuevo, como en la noche anterior; haciendo un análisis del día transcurrido, y trayendo a mi mente el rostro de Geonhak, maravillándome al recordarlo.
[...]
Rebusqué entre las amarillas hojas de aquel grueso libro de anuncios un buen laboratorio para imprimir las fotos que había tomado ayer.
Hwanwoong había partido temprano a su empleo, y llegaría tarde, así que tenía que buscar alguna manera de pasar el rato.
Me quejé para mis adentros por no entender nada de lo que me mostraba el libro y me pregunté entonces cómo podría encontrar el laboratorio si no sabía siquiera leer el anuncio. Definitivamente tenía que aprender italiano.
Aquella idea me hizo pensar en Geonhak y reí como tonto al recordarlo. Pero eso abrió paso a una pregunta que me hizo fruncir el ceño... ¿Por qué?
Sin embargo, no era tan tonto como para no entender absolutamente nada de ese anuncio, me ubiqué un poco al distinguir las imágenes y garabateé la dirección en un papel de aquel lugar que parecía ser lo que yo buscaba.
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Manual de lo prohibido [LeeOn]
Romance"¿Alguna vez has deseado algo prohibido? cómo si esa cosa estuviera en la lista de "no lo toques, no codicies" pero que cada momento te incita más y más a... tenerlo" autor/a original: @JalyHg Adaptacion LeeOn