El tiempo había pasado con la velocidad del rayo, un par de meses más daban por sentado el finalizar del año.
Por lo que significaba mucho más trabajo, pero este solo para Childe, que tenía que mandar facturas y comprobantes por igual a las secretarias de una de las siete estrellas y a su nación para el chequeo anual de sus ingresos, de paso mandaba cartas y regalos para su familia, pidiendo extremo cuidado a la hora de transportarlo hasta su tierras natales.
Apesar de que el heraldo tenía gente que le servía y hacían sus recados y trabajos fáciles, no había podido evitar que el estrés un poco más de la cuenta, había sido tedioso que no tuviera en qué poder descargar un poco de esté, quería descansar, había algo que hacer, quería ver al chico dueño de sus suspiros enamoradizos pues tampoco podía por tener que hacer más trabajos, instruir, hablar y realizar tratos comenzaban a hartarle.
Sin querer había enfermado, su cuerpo reaccionaba así cuando no tenía descanso y eso lo había llevado a quedarse tumbado por algunos días en la cama.
Odiaba con su alma estar de esa forma frente a las personas encargadas de su cuidado, de hecho odiaba tener personas siempre cuidando de el como si fuera un crío.
Pero no había podido negarse ante ello cuando había sido algo impuesto por su diosa por ser el más pequeño entre los once heraldos.En un principio le pareció fastidioso pero que le facilitaba el que por ejemplo su pieza estuviera limpia.
Y ahora lo veía todo con fastidio, no quería que nadie viera lo que podría llegar a esconder, no quería que prepararán nada por qué el mismo lo podía hacer.Aveces se sentía un inútil en ese ámbito y desgraciadamente para su suerte no podía negarlo, no podía mantener su espacio en orden por qué era un desastre andante o simplemente no le daba importancia a nada de ello.
Otro suspiro salió de sus labios y un escalofrío lo recorrió, era una mierda estar enfermó y ahora mismo todo lo odiaba.
-¿Ajax?
-Oh dioses míos... Realmente quería verte.
Zhongli apareció por la puerta que el sabía podía abrir y cerrar cuando quisiera, estaba feliz ahora; definitivamente su estado de ánimo dependia de ese hermoso hombre.
-¿Estás bien? Alguien de tus cuidadores me dijeron que habías enfermado hace un par de días... Perdona mi ausencia.
-Ah... Realmente no importa... Ahora que estás aquí me siento muchísimo mejor.
Ambos tenían una sonrisa, uno de oreja a oreja y el otro teniéndola suave y armoniosa para su lindo rostro.
Le hizo un lugar en su cama y Zhongli le entendió, cerró la puerta con el seguro que afortunadamente tenía y se tumbó a su lado una vez quitó su largo sacó y los guantes que guardaban el calor de sus manos.La confianza era más que normal ya, tanto tiempo juntos la había reforzado, el chico de ojos azules le había entregado sus secretos y el más grande los que estaban permitidos a contar, los contratos seguían siendo eso, no terminarían hasta que el muriera realmente.
-Te puedo contagiar pero... Realmente deseo pasar un rato contigo... Ah es horrible todo lo que a pasado este tiempo que no nos vimos...
Un puchero sobresalía de sus labios, a la vista de Zhongli eso era realmente adorable, nadie más podía hacerle sentir ternura con ese tipo de gestos más que el.
-No importa, si me enfermo será tu turno irme a cuidar.
-Muy bien, cuidaré bien de ti en caso de que enfermes.
Unas risas salieron de sus gargantas al mismo tiempo, Childe se abrazo quedando en el pecho de su contrario, sintiéndose reconfortado por el calor.
Zhongli le abrazo y suspiró.
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Kiss me More - Tartaglia x Zhongli (En Edición)
Fiksi PenggemarLa vida era buena a lado de aquel ex arconte, llevándolo de un lado a otro gracias a las expediciones o misiones que eran mandadas directamente por su excelencia la Zarina. Pero para Zhongli el luchar contra ver a Childe cómo una sombra de lo que a...