Capítulo VI

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–Papá!–grito Mirella

Aquí vamos, la mansión Phantomhive de nuevo estaba en "tranquilidad", por el grito de Mirella Sebastian –cuyos brazos estaban detrás de el–  fue a su cuarto, al abrirlo solo vía a una pequeña Mirella con los brazos cruzados haciendo un puchero.
Sebastian se acercó y se sentó a su lado para hablar con ella.

–¿Qué sucede mi pequeña?–preguntó Sebastian.

–Papá es un mentiroso–exclamo Mirella con un puchero.

–¿Por qué dices eso de papá?–preguntó Sebastian algo indignado.

–Porque papá dijo que hoy me daría un regalo y no me lo ha dado–dijo Mirella.

–Oh! Es cierto, papá lo siente mucho–dijo Sebastian.

Sebastian quien mantenía aún sus brazos atrás, llevo una al frente para mostrarle a Mirella una muñeca de piel morena, cabello castaño y con unos lentes.

–Ta-da!–dijo Sebastian.

–Yey! Mi nueva muñeca!–dijo Mirella.

Mirella agarro la muñeca para empezar a "jugar" con ella, Sebastian se retiró de la habitación de Mirella viendo cómo jugaba con...Alya.

Una vez en los pasillos, empezó a caminar hacia la habitación de su amada pero en eso, el sonido de la puerta llamo su atención, fue a atender la puerta y al abrirla pudo ver a una señora de pelo blanco y vestimenta...peculiar.

–¿Necesita algo?–preguntó Sebastian.

–Si...¡Quiero hablar con mi nieta!–dijo Gina.

Mientras que Marinette estaba en su cama comiendo su pastel, escucho la puerta abrirse vio a Sebastián pero de ahí vio a la abuela Gina.

–¿Eh? ¿Abuela?–decía Marinette sorprendida.

–Marieta...lo siento–decía Gina soltando lágrimas.

Gina se acercó a Marinette para abrazarla, Marinette solo correspondió al abrazo, de todos de su familia adoptiva, Gina era la única que siempre la trato con más cariño que los demás.

–Lo siento, debí...debí protegerte como se debía–decía Gina.

–No...no te culpes...abuela–dijo Marinette mientras la abrazaba.

Gina quedó sorprendida por cómo Marinette aún la llamaba abuela, seguía abrazándola con lágrimas mientras Marinette recordaba como se lo pasaba bien con ella.

–Pero...tengo una pregunta...¿Cómo me encontraste?–preguntó Marinette.

–Bueno...verás...–decía Gina.

Todo paso después de que en París había ocurrido varios ataques a los jóvenes, Gina y Rolland habían llegado para visitar a Marinette pero al enterarse de todo lo ocurrido, Gina se negaba a dejarla sola y culpaba a su propio hijo hasta a Sabine de lo ocurrido.

Rolland intentaba calmarla pero no escuchaba, simplemente quería estar con ella y ver si estaba bien aunque la odiaran –Si eso era posible según ella– así que sin más solo hizo de las suyas y sin el apoyo de su esposo Rolland...se fue, tardo mucho en conseguir boletos de avión a Inglaterra, Londres y saber dónde estaba la mansión.

–Pero al fin...aquí estás–dijo Gina.

–Abuela...sabes que nunca te voy a odiar, eres la única que me trató bien–dijo Marinette mientras separaba a Gina del abrazo.

–Marineta...te quiero aunque no seas mi nieta verdadera–dijo Gina.

–Yo también te quiero aunque no seas mi abuela verdadera–dijo Marinette.

En eso, Mirella había entrado al cuarto para la sorpresa de Gina como de Mirella al verse, Marinette explico sobre Mirella y su ahora vida a Gina.

–Ya veo...–dijo Gina.

–Si, Sebastian es mi amante y Mirella es mi hija y de Sebastian–dijo Marinette.

–Hola Mirella, yo soy abuela de tu mamá–dijo Gina al ver a Mirella y acercarse a ella.

–Entonces...¿Eres mi bisabuela también?–preguntó Mirella.

–Si, si lo soy–dijo Gina.

Los ojos de Mirella se llenaron de alegría, abrazo a Gina y está solo correspondió, Marinette veía con una sonrisa a su abuela al igual que Sebastian quien también miraba con una sonrisa todo.

Tenía a otro alisado de su parte pero...debían ocultarle a Gina todo sobre el...plan de venganza...

Condesa Phantomhive 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora