Condesa Phantomhive 2

Capítulo VIII

En París, Francia era un caos debido a las declaraciones y sucesos de Marinette y los demás en Londres además sus héroes no podían protegerlos si es que sabían que les pasó en realidad a sus héroes, la mayoría de los adolescentes en París aún estaban en el hospital ya que tenían herida graves además de que a muchos se le detectaron algo más en sus sangres y otros iban a terapia o psicólogos tras ser descubiertos varios traumas por culpa de los castigos de Marinette.
Chloe era la más afectada que hasta parecía que iba a perder su juicio así que debía quedarse internada un tiempo pero aún así habían más personas que su castigo llegaría pronto.

A diferencia de que en Londres, Inglaterra era tranquilidad sobretodo en la mansión Phantomhive dónde Kagami y Luka seguían en sus labores de cuidado y una que otra escapada romántica que no molestaba mucho a su señora, un fiel mayordomo cuidando de su amada señora y del futuro niño de ambos, la niña de amada de la mansión con su bisabuela paterna aunque claro que para ellos era felicidad para dos chicas no. Alix quien aún recibía los maltratos de Mirella pero habían aumentado cuando ya tocaba servir a Marinette la cual al estar teniendo a un pequeño consigo era mejor no hacerla enojar mientras que Alya aún seguía siendo la muñeca de Mirella la cual a veces sufría uno que otro "accidente" lo que llevo a Sebastian repararla para que Mirella siguiera jugando con ella. Nunca le dijieron a Gina nada de lo que en realidad pasaba y aún no planeaban decírselo así que debían ocultarlo lo más que pudieran y mantenerlo todo en silencio.

–Mi señora–dijo Sebastian llamando la atención de Marinette quien veía el cielo desde su cama por la ventana de su habitación.

–¿Sucede algo Sebastian?–preguntó Marinette una vez viendo a su mayordomo de negro.

–¿Por cuánto tiempo le tendremos oculta la verdad a Gina?–preguntó Sebastian de vuelta.

–Ni idea, talvez tarde o temprano lo descubra por si sola o talvez no...–respondió Marinette algo preocupada.

La verdad desconocía ahora como reaccionaria su abuela al enterarse de lo que hizo por lo que temia a la reacción ajena a ella ¿Será de enojo? ¿Horror? No sabía cómo ponerse cuando llegara el momento ya que entre todas las personas su abuela Gina era la única que aún seguía siendo buena con ella pese a lo que ahora sabe sobre su verdadera familia, aún así sabía que tarde o temprano se enteraría de ello así que intento pararse pero en eso alguien tocaba a la puerta así que Sebastian fue a abrirla y la sorpresa era grande para los dos, Gina estaba ahí con Mirella detrás de ella.

–Abuela...¿Qué haces aquí?–preguntó Marinette algo nerviosa.

–Quiero hablar contigo en privado, si no es mucha molestia–dijo Gina con calma.

–Oh! Claro, claro, entiendo abuela ¡Ejem!–decía Marinette hasta aclarar un poco su garganta.

–Enseguida, Mirella ven, mamá y la bisabuela van a hablar un rato–dijo Sebastian agachándose a la altura de Mirella y extendiendo sus brazos.

Mirella obedeció a su padre y se acerco a el para que la cargarán y así ambos se fueron de ahí dejando a Marinette con su abuela, Gina se sentó con Marinette en la cama y vio su barriga a lo que la acaricio levemente.

–Apuesto a qué...será lindo como el padre–dijo Gina mientras veía a Marinette con una sonrisa.

–Si, yo también apuesto a que será como el–dijo Marinette acariciando su panza también.

–Marinetta yo quiero hablar sobre algo...–decía Gina parando de acariciar la panza de Marinette.

–¿Qué es abuela?–preguntó Marinette algo preocupada.

–Si tanto te gustaba un demonio podrías habermelo dicho, ya veía a dónde te conseguía uno–dijo Gina de la nada haciendo que Marinette se confundiera y se avergonzara de la nada.

–¿¡Eh!? ¿¡A-Abuela!? ¿¡Qué dices!?–preguntaba Marinette ante la inminente sorpresa.

–Bueno, veamos...tiene a un mayordomo demonio quien es tu amante y padre de tu niña y del bebé que esperas, causastes líos a tus compañeros por cómo te trataron y estás en guerra con ellos además dos de ellas están sufriendo castigos ¿No?–decía Gina dejando a una Marinette muy confundida al respecto.

–Entonces...¿Lo sabías?...–preguntó Marinette aún confundida.

–Por supuesto que si mi hadita, soy tu abuela, mira...no estoy ni en contra pero tampoco a favor de esto...yo sé que eres mejor que cualquier persona Marinetta después de todo yo soy la que aún te trata bien pese a que no somos de sangre–dijo Gina agarrando uno de los hombros de Marinette.

–Si...abuela, creo que...tienes razón–dijo Marinette desviando la mirada un tanto triste y pensativa.

–Lo único que pido, es que cada que vayas a castigar a alguien yo proteja a Mirella y su inocencia ¿De acuerdo?–dijo Gina preguntando al final.

–Esta bien abuela, puedes proteger a Mirella–dijo Marinette.

–Gracias Marinetta, durante mi estancia aquí trataré de ayudar además de ayudarte en tu embarazo, ya quiero ver al niño–dijo Gina emocionada.

–Jeje, lo se abuela, lo se–decía Marinette riendo levemente.

Ya no tenía porque preocuparse así que era una carga menos para ella que al final su abuela entendiera lo que sucede pero ahora solo quedaban varias cosas que hacer, después de todo aún eran Phantomhives y si aún estaban en medio de un conflicto mayor así que debían asegurar la casa y tener buena seguridad por el bien de todos, de ella y del bebé.

~Continuará~