Capítulo II-Igual que ella

996 76 11
                                    


El tiempo pasaba, ya era una semana desde qué Mirella está en la casa, todo se encargaban de cuidarla y darle lo que sea sin consentirla de más.

–Papi! Papi! Quiero un peluche!–dijo Mirella con una voz feliz.
–¿De verdad?–preguntaba Sebastian.
–Si, por favor–dijo Mirella con una sonrisa.
–Esta bien, veré dónde conseguirte uno–dijo Sebastian.
–¡Yei!, Gracias papi–dijo Mirelle abrazando a su padre.

A la hora de dormir.

–Mami...quédate conmigo–dijo Mirella en su cama.
–¿Eh?–exclamaba Marinette.
–Me da miedo la oscuridad...–dijo Mirella.
–Esta bien–dijo Marinette para luego ir a la cama de Mirella y acostarse con ella para dormir.

Hasta incluso cuando salían.

–¿Te gusta el vestido hija?–preguntaba Marinette señalando un vestido que estaba en una tienda.
–¡Si! Es hermoso–dijo Mirella.

Sin duda, Mirella era prioridad número uno ahora, ella era la heredera...la qué seguía al mando, la gente adoraba a Mirella, ya no era secreto que Marinette tenía un romance con su mayordomo Sebastian y qué estos tenían a su hija. Todos la consideraban algo bello de ver, su belleza, su forma de ser, su sonrisa...parecían que veían a la mismísima condesa de joven. Marinette estaba en el patio tomado te mientras qué su hija jugaba hasta qué llegó Sebastian.

–Mi lady–decía Sebastian.
–¿Si Sebastian?–preguntaba Marinette.
–Ya es hora–dijo Sebastian.
–Bien–decía Marinette mientras se levantaba de su asiento dónde tomaba té mirando a su hija quien jugaba en el jardín –Mirella, vamos, nos tenemos que ir–dijo Marinette llamando la atención de su hija.
–Voy mami–respondió Mirelle ante el llamado de su madre llendo a dónde ella para ser cargada por Sebastian.

Ambos entraron a la mansión para luego empezar a cambiarse, Marinette y Sebastian iban a cambiarse mientras que Mirella aún seguía con Kagami.

–Es hermosa–dijo Kagami.
–Gracias señorita Tsurugi–dijo Mirella.
–No hay de qué–dijo Kagami.
–¿Cómo están?–pregunto Marinette al llegar a la habitación.
–Mami! ¿Te gusta?–pregunto Mirella mostrando el vestido así madre.
–Si, gracias Kagami–dijo Marinette.
–No hay de que, espero qué disfruten su paseo, cuidaremos la casa–dijo Kagami.
–Bien, regresaremos pronto, no tardaremos–dijo Marinette.

Marinette, Sebastian y Mirella salieron de la mansión directo a las calles de Londres con tal de estar un rato en familia.

(Imagen de referencia de lo que usa cada uno)
|
V

Iban por las calles caminando viendo una qué otra tienda qué había, Mirella siempre veía las jugueterías y las tiendas de ropa donde tenían hermosas ropas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Iban por las calles caminando viendo una qué otra tienda qué había, Mirella siempre veía las jugueterías y las tiendas de ropa donde tenían hermosas ropas.

–¿Crees qué debemos comprarle más ropa?–pregunto Marinette.
–Es lo más razonable, Mirella lo necesita–respondió Sebastian.
–Entonces vamos–dijo Marinette.
–Mirella vamos a...–decía Sebastian hasta notar qué Mirella no estaba con ellos.
–No...Mi-Mirella, Mirella...–decía Marinette viendo lo qué estaba pasando.

Ambos apresuraron el paso y preguntaba a cada persona por ella.

–¡Mirella! ¡Mirella! ¿Hija dónde estás!?–gritaba Marinette desesperadamente.
–Mi lady, calma–dijo Sebastian agarrándola para luego abrazarla–la encontraremos–.

Mientras tanto, una mujer de pelo rubio estaba paseando por los lares hasta qué se topo con alguien.

–Hey! Fíjate–dijo la mujer.
–Lo siento, es qué...–dijo Mirella.
–¿Qué cosa niña?–preguntaba la mujer.
–Perdí a mis padres–dijo Mirella.
–Oh, está bien, te ayudaré a buscarlos–dijo la mujer.
–Gracias señorita–dijo Mirella con alegría.

La señora acompaño a Mirella a buscar a sus padres mientras que ellos seguían buscando a su hija entre la ciudad, paso unas horas hasta qué al final...

–¡Mami!–grito Mirella.
–¡Mirella!–grito Marinette.

Marinette fue a dónde Mirella para levantarla y abrazarla al igual qué Sebastian, la señora quedó atónita al verlos.

–Nos tenías preocupados–dijo Marinette.
–No te vuelvas a separar de nosotros–dijo Sebastian.
–Esta bien, no lo haré–dijo Mirella.
–Bien, yo...ya me tengo que ir–dijo la señora.
–De acuerdo, gracias por encontrar a mi hija–dijo Marinette.
–Si, no hay de que...–dijo la señora.

Marinette, Sebastian y Mirella siguieron su camino mientras que la señora se iba por otro lado, de ahí, la señora llegó a un lugar apartado de todos.

–No puede ser...se ve...exactamente igual a ella–dijo Chloe.

Continuará...

Condesa Phantomhive 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora