Capítulo 6

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Mikoto ya no sabía que tanta emoción albergaba su cuerpo, después de todo la parte uno que había planeado, había parecido escéptica a los resultados que estos podrían traer a la relación de ambos chicos, incluso pensó en obligarlos dormir juntos para que al menos lograran hablar algo, ya que era demasiado obvio que no lo hacían desde la discusión que ambos mantuvieron.

Solo que salió mucho mejor, no tuvo que obligarlos a estar en una sola habitación, fácil entraron en ella. Por lo que también agradecía mantenerla insonorizada para evitar mascullar mucho más su privacidad. A su vista, lo que confirmaba que fueron más que besos, se trataba de aquellas marcas que subían a lo largo del cuello de Naruto, aunque este tratara de ocultarlo.

Incluso quiso preguntar cómo había dormido, ya que su pequeño rubio no era de tomar café por las mañanas. Es más, era algo que no le agradaba. Ella solo podía sonreír al verlo removerse algo incomodo desde lejos, y cada paso que se acercaba, notaba algo extraño. Solo que no espero, se encontrara con la mirada perdida en aquella máquina.

—¿Cariño? ¿Estás bien? —preguntó mientras se acercaba a la encimera de la cocina, preocupada—. ¿Ocurre algo malo?

—Madre... —balbuceó, dirigiendo su mirada azulina hacia la azabache matriarca, quien ya había tomado su mano para que con sus suaves caricias darle confort. Mikoto lo notaba algo confundido—. Si... no quiero arrepentirme de algo que ya hice, pero me juré no hacerlo ¿Qué se supone que haga?

—¿Sientes que fue un error?

—No... pero debió serlo. ¡Ashh...! Esto es tan frustrante.

Oh claro que lo era, ella podía notar, hasta sentirlo. Era frustrante que la situación cambiara. Si fuera por ella, simplemente los amarraría con una soga, los subiría a un avión privado, y que sean bienvenidos a un nuevo país, una nueva vida, es más, haría los papeles necesarios para que se casaran, además de adoptar su propio hijo. Lejos de la chica con cabello fantasioso.

Lo que tampoco sería mala idea. Se plantea.

—Debo irme o llegaré tarde.

—Está bien, cariño. Ve con cuidado —respondió, acompañándolo a la puerta, despidiéndolo con un beso en la mejilla. Al verlo partir, ya muy lejos de su vista, se da el tiempo de suspirar, después de todo, solo la mitad de lo que ella quería se había cumplido. Lo demás pareció complicarse mucho más. Demasiado para ella.

Al regresar a la cocina, nota la presencia de Sasuke, quien no dudó en preguntar por el rubio, por lo que Mikoto se limitó responderle sobre reciente partida, el menor solo suspira y niega con la cabeza, para desaparecer por las escaleras del segundo piso.

—De los cinco pasos avanzados, retrocedimos tres.

....

Sin embargo, pasaron dos días después del encuentro que mantuvieron ambos juntos en su presencia, desconocía si se encontraban fuera de la casa o en el departamento. Después de todo, Naruto no se veía muy bien emocionalmente, lo cual llegó a confirmarse mucho más al ver como Sasuke regresaba a la casa para quedarse según él un tiempo. Cosa que para Mikoto y Fugaku, no representaba un problema, más cuando Itachi está feliz de verlo más seguido por la casa. Pero, para Mikoto eso representaba un problema en su plan.

No sabía si Naruto iría a la casa como antes o se mantendría alejado de todos. Y hacer que se reunieran de vuelta podría erradicar otro problema, si nuevamente venía la chica de cabello fantasioso.

Por lo que un martes por la tarde lo llamó para saber si podría acompañarla a las compras rutinarias del hogar. En donde aprovechó para sacarle tanta información como podía.

El Idiota Es Mi Hijo (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora