Capítulo 7

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Decidida a volver a unirlos, Mikoto preparó una salida hacia la cabaña que había ella mandado a construir antes de casarse, y ella llevase el apellido Uchiha. Era lo suficiente grande como para que cada uno estuviesen separado o que otros mantuvieron secretos juntos.

El verano había estado acabando, y el frío de la temporada invernal tocaba los talones, por lo que la cabaña sería un lugar ideal para resguardase, compartiendo calor con alguien más, con abrazos y quizás algo más. Mikoto estaba de acuerdo de que es lo mejor, quizás encerrados en una habitación, el ambiente fuese más romántico.

Por lo que, favorecía que Sasuke se mudara en ese momento y escribirle a Naruto no era tan difícil, ya sabía que este no se negaría si ella lo pedía. Además, su esposo y su hijo mayor estaban de acuerdo. Por lo que solo quedaba esperar a que el fin de semana llegara.

Al momento de ir a la oficina del hijo problemático, era necesario recordarle lo desacuerdo que estaba con él, pero seguían siendo familia.

Sasuke aun trabajaba como jefe de una oficina, después de un periodo de práctica solo suficiente para cuando termine sus estudios heredar la familiar, por lo que no habría problema en visitarlo. Se presentó con la recepcionista, la cual no dudó en dirigirla a la oficina del menor. Ya frente a su puerta, le comentó que Sasuke activaría la puerta en segundos, Mikoto agradeció su amabilidad y esperó.

Cuando la puerta fue abierta, se dio el libre paso para examinar la oficina, casi queriendo preguntarle a su hijo quien le había dado un toque sencillo, pero original, ya sea por el color blanco de las paredes, como los adornos de sus propios logros. Lo conocía muy bien, como para saber que él no fue de la idea, los gustos de Sasuke eran más neutrales y apagados, algo que sacó de su esposo.

—Fue Naruto —habló Sasuke llamando su atención, al parecer no fue tan callada como pensó—. Él, cree que mis gustos son malos.

—Naru, tiene mucha razón —confirmó la mujer, dejando a Sasuke sorprendido por su respuesta—. ¿Qué? Eres como tu padre, así de simple.

Mikoto se acercó dejando caer un beso en la mejilla de su hijo, al igual que lo abrazaba. Muy pocas veces se podía permitir ser cariñosa con él, desde niño no era fanático de tantas muestras de amor, por lo que siempre aprovechaba cuando sus defensas estuvieran calmadas para hacer de las suyas.

—Sasuke, hijo, hace mucho que no hacemos un viaje familiar —comentó Mikoto, recalcando la última parte—. Por lo que este fin de semana es solo de nosotros. ¿Lo comprendes?

Sasuke asintió sin cambiar la seriedad de su rostro.

—Bien, recuerda que solo es familiar, antiguos, no nuevos —le recordó, sin dejar que su amable sonrisa despareciera, sin embargo, el tono de advertencia no desapareció.

—Vale.

...

La llegada del viernes para Mikoto se hizo eterna, se sentía ansiosa y casi puede escuchar sus propios pensamientos exigiendo ver a Sasuke con el rubio, bajo aquel techo de madera, frente a la chimenea, compartiendo una conversación simple entre ellos y quizás llegando a algo más que eso.

Por lo que viajan alrededor de los doce mediodías, sin embargo, Itachi promete alcanzarlos en el lugar. Dándole cabida a Sasuke y Naruto compartan el coche, debido a que ellos llevaban las cosas más importantes, ya sea la comida como otros utensilios necesarios.

Mikoto los ve hablar, se preguntan cosas por cordialidad, sin siquiera sostener la mirada, cada vez que hay oportunidad se rehúyen.

—Esto va ser complicado —murmuró Fugaku, negando con la cabeza.

El Idiota Es Mi Hijo (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora