Capítulo 9| Primera cita

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Fiat adoraba acostar su pequeña cabeza sobre el regazo del mayor. Adoraba cuando sus delgados dedos acariciaban su flequillo con una dulzura que ningún otro hombre le había otorgado. Usualmente siempre los hombres le pedían sexo, nunca una muestra de cariño genuina.

Le ocasionalmente apartaba su vista del libro que lee para espiar al lindo chico acostado que juega como un gatito con los cordones de su suéter amarillo.

—Leo— Llamó al hombre con la espalda recargada en la cabecera. Inmediatamente regresó su vista a las paginas del libro, pretendiendo leer.

—¿Hm?

—¿Por qué la tienes tan gruesa?

¡Poff!

Le dejó caer el libro en la cara.

—Niño Promiscuo.

—Agh, me refiero a tu voz— Lanzó el libro a un lado empezando a sobar su nariz lastimada—. De tu "cosa" no estoy tan seguro, no te la he visto, aún.

Ai'Leo tuvo que dejar se sonrojarse cuando recibió una llamada en su celular. El nombre que aparecía lo hizo agobiarse, más no tuvo que otra que responder y ponerlo en alta voz.

—Leo bebé, estoy cerca de tu casa, pensé que podría ir a visitarte, es sábado y estoy sola, así que podríamos divertirnos, tú sabes— Sonó su voz exageradamente dulce como si ser empalagosa fuera algo atractivo.

Iba abriendo sus labios para dar una respuesta cuando repentinamente Fiat le arrebató el celular.

—¡Ahhh, Leo! ¡No tan rápido! ¡Me vas a perforar un pulmón! ¡Sí, más, así!

Empezó a gemir a todo volumen, haciendo sonidos obscenos seguido de los chirridos de la cama al moverse con fuerza mezclándose con los golpes de la cabecera contra la pared. El corazón de Leo dio un vuelco completo, sumergido en pánico total acabó por quitarle el
celular para colgar.

—¿Qué crees que haces? ¿No tienes miedo que grabara eso y distribuya el audio por todo el campus?

—Si lo hace entonces todos te llamaran el Perfora pulmones o el tres brazos. 

—¡Ai'Fiat hablo en serio!

—¿No te gustan esos apodos?

—¡Fiat!

—¡Agh, Leo! ¿Qué más da que me escuche esa mujer? Te intenté ayudar a deshacerte de ella, sé que no te gusta y que la encuentras molesta. Entonces no veo la razón por la que te enojas— Hizo sus labios en piquito como un puchero—. No me gusta que una mujer quiera meterse en tu cama.

El corazón de acero de Leo se derritió como la cera al ver los berrinches de ese pequeño Nong. No era testarudo, estaba celoso.

Cuando Leo puso su mano sobre esa manta de cabello, Fiat movió su cabeza bruscamente, dándole la espalda aún cruzando los brazos. Era como un pato enfadado.

—Fiat— Llamó suavemente

—No.

—Ai'Fiat.

—No.

Leo pensó en como contentarlo.

—Dulzura.

Dio un rápido vistazo atrás. Era una luz verde para que Leo lo atrajera a él en un abrazo de reconciliación. La nariz del basquetbolista inhaló la deliciosa fragancia que desprende el cabello enmarañado del Nong.

Le encantaba la fragancia de su Shampoo, era tan característico de Fiat; dulce e irresistible como él. Su nariz empezó a descender por la cien a las mejillas como queriendo memorizar el camino a los labios ajenos.

Don't Say No| Estrategia Para ConquistarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora