Don't Say No| Estrategia Para Conquistarte

Capítulo 22| Final

👀🔥Exceso de Hot. 🔥
Antes de leer verifiquen estar a solas y que nadie venga. Listo, pueden bajar.

La voz ahogada de Fiat superaba el canto de las sirenas. Leo podría decir honestamente que los gemidos de su novio lo hechizaban más que las voces de las sirenas.

El sonido de las olas rompiéndose contra las rocas son opacadas por el ruido húmedo y lascivo de la pelvis de Leo embistiendo contra las "perlas" de Fiat. 

El basquetbolista gime excitado cada vez que su novio se hunde en su falo, montándolo, domándolo, reclamándolo como suyo.  Esta postura hace sentir al Nong empoderado, deseado y glorioso por poder marcar un ritmo que haga disfrutar al hombre debajo suyo.

El superior palpa su mano sobre el a abdomen del Nong, tocando donde el bulto de su miembro sobresale por la piel. Verlo tan lleno lo pone orgulloso.

—Te dije que era grueso— Comentó el ardiente Leo elevando su pelvis hacia arriba para embestir a su amor. Aquel bulto parecía estar apunto de perforar el intestino del pasivo.

—¡¡Ahh~!! Leo no tan profundo, siento como si fuera a morir— Su novio puso las manos sobre el pecho ejercitado del deportista.

—No lo quieres tan profundo, pero eres tú el que me está succionado con tanta fuerza— Lo apretó de las caderas para darle una estocada que lo hizo curvar la espalda y eyacular en un segundo.

El semen acabó cubriendo el pecho sudoroso del activo a quien no le molestó en absoluto el fluido.

Fiat se sintió avergonzado, no era de los que se venía tan rápido, esta apenas era su segunda ronda y si juntan el tiempo que duró en esta y la anterior entonces sumaría un total de siete minutos.

Leo definitivamente sabe como atender sus necesidades como pasivo. En cuanto tocaron la cama su amor lo beso de pies a cabeza, lo acarició en sus puntos más sensibles, masajeó su próstata antes de introducirse y recitó palabras obscenas a su oído. ¿Cómo podía juntar lo lascivo con lo tierno y dar como resultado un sexo placentero?

Ningún hombre del pasado de Fiat se podía comparar con Leo. Leo sabía que el sexo implica más que meterlo, llegar al orgasmo y dejar a tu pareja a medias. Leo usaba las palabras a su favor para excitar a su amante, lo tocaba en donde a su novio le encantara, lo lamia donde más se estremeciera y lo marcaba en lugares íntimos que le recordaran a la mañana siguiente lo caliente que fue esa noche.

El deportista puso al pasivo en cuatro. La vista era tan fascinante a sus ojos que sabia que seria un desperdicio no jugar con sus bombones redonditos y rojos por las embestidas anteriores.

Restriega su duro miembro entre la línea de los melocotones, hundiéndose entre ellos como una salchicha entre los dos panes de Hot dog. Se frotó a lo largo de la línea, sobresaliendo la cabeza de su pene cada vez más húmedo por las gotas de semen que lo empapan.

El acto morboso ponía a Fiat a gemir contra la almohada. Su miembro flácido se volvió a endurecer al grado de doler. En busca de aliviarse movió su mano a su falo tratando de masturbarse.

—¡Manos afuera!— Su novio detuvo sus manos y bruscamente las coloco sobre la almohada, inmovilizándolo como el dominante que es.

—Pero Leo.. Me quiero venir..

—Si vas a venirte será con mi polla a veinte centímetros dentro de ti— Azotó su pelvis contra su trasero simulando una estocada —. Vamos bebé, abre tus labios y dime como te gusta que te folle.

A fiat se le alborotó la próstata de escuchar las palabras sucias venir de un Leo excitado con el pene haciéndose más grande entre sus nalgas, dispuesto a darle el polvo de su vida.