Soy Blair, Blair Hargrove.
Me mude hace poco con mi "familia" aquí a Hawkins, vengo de California así que cuando escuche que el pueblo de Indiana era pequeño y sin mayores escándalos, solo pensé en una palabra "tranquilidad"... Carajo que equivocada...
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Desperté cuando mi reloj comenzó a sonar indicando que ya era hora para alistarme e ir a la escuela. Ayer por la noche Billy se durmió llorando, cuando dieron las 12 en el reloj despertó y decidió que era mejor ir a su cuarto para que los dos pudiéramos descansar mejor. Hoy era un nuevo día y esperaba que fuera mucho mejor que los dos anteriores.
Termine de arreglarme, esta vez no me encontré con Max "el monstruo" Mayfield , eso me alivio bastante. Tenía puesto algo casual.
No quería arreglarme tanto ya que hoy era Halloween. Me disfrazare de Caperuzita Roja. Halloween es mi festividad favorita así que de verdad me siento emocionada.
–Blair, tenemos que irnos ya, es tarde. Estaré en el auto, si no te apuras te dejaré- Era Billy y tenía razón, ya era tarde
Tomé mis tenis los cuales aún no me ponía y salí corriendo, lo encontré ya en el Camaro con Max en el asiento de atrás, subí y Billy arrancó.
Habíamos llegado, baje del auto, la pelirroja después de mi. Billy bajo, solo me entregó dinero me dio un pequeño beso en la frente y se fue.
-Ey mira, son los acosadores, se ven patéticos- Dijo ella mientras reía.
Vi hacia donde ella lo estaba haciendo y los divisé con unos disfraces de cazafantasmas, se veían increíbles.
–Oye no te burles, se deben de sentir tan mal por que son los únicos con disfraz, y creo que se ven geniales– Dije mientras los veía con una sonrisa, en especial al pelinegro.
–No me jodas Blair, se ven tan losers– Mi hermana dijo entre risas.
–Debo recordarte esa vez que llegaste a la escuela vestida de una naranja gigante por que te confundiste y escuchaste: "Tienen que venir vestidos como su fruta favorita" cuando nos dijeron: "Vengan vestidos con su color favorito"–Le dije con una sonrisa cínica. —Por qué puedo ir y decirles para que no se sientan tan mal, también podría enseñarles las fotos, tengo unas cuanta– Voltee a verla y tenía su cara roja de la vergüenza y la molestia, solté una risa.
