"Invisible 3"Capitulo I: "Recuerda que las sombras no existen sin luz, sal del rincón e ilumínate".
Sus brazos rodean mi cintura manteniéndome en una posición de la que jamás quiero escapar, siento su nariz oliendo mi cuello como si la vida se le fuera en ello, sus manos sobre las mías acariciando con sumo cuidado, me relajo. Cierro los ojos absorbiendo el momento, el día en que las cosas deben comenzar a cambiar donde por fin voy a salir del pozo y tratar de ser feliz.
- ¿Duermes? -Pregunta, en un susurro.
Abro los ojos al oír su voz como si fuera una alarmante pregunta, niego con la cabeza.
- No me siento bien.
Me besa suavemente en el cuello.
- ¿Qué ocurre, cariño?
Suspiro. Luego de esta noche dudo que alguna vez pueda tener algún recuerdo lindo en mi mente. Todo lo que soy capaz de pensar es en que Justin debe sentir que su novia es una loca psicópata que necesita ayuda médica mental de inmediato.
- No lo sé.
Todo este drama, la noche que he tenido ha sido un completo desastre y sé que habría acabado en lo peor si no hubiera tenido el valor de llamar a Justin. Vuelvo a cerrar los ojos intentando deshacerme de las imágenes en mi cabeza que revelan el centenar de cortes que atraviesan las distintas partes de mi cuerpo.
- Relájate, nena no sigas pensando en todo aquello. Ya pasó.
Quiero hacerle caso y sé que tiene razón, pero al acomodarme en la cama siento las sabanas rozando mis piernas entumecidas y las vendas tirando de mi piel para recordarme de que los cortes siguen allí y de que están allí por una sola razón, yo los hice.
- No es tan fácil.
Lo oigo suspirar.
- Sé que no lo es, pero tienes que intentar bloquear esos pensamientos.
Me acomodo entre sus brazos dando media vuelta para tenerlo cara a cara, su suave sonrisa me ilumina por completo y logro ver la mayor parte de su rostro porque está casi amaneciendo y la luz se filtra por la ventana regalándome esta hermosa vista.
- ¿Cómo quieres que lo haga? -Pregunto, en un susurro.
Parpadea varias veces antes de volver a tomarme por la cintura, me aprieta contra él y sé que ha cerrado los ojos, o por lo menos lo supongo, así que cierro los míos. Su mano comienza a pasar entremedio de mi cabello haciendo que relaje los hombros y largue un suspiro.
- Cuando eras pequeña -comienza a hablar con voz suave- seguramente algo te asustó alguna noche, ¿verdad? -Su pregunta hace que asienta con un leve ruido de mi garganta-. Corrías a la cama de tus padres y luego, ¿qué? ¿Cómo lograbas calmar ese miedo?
Rio.
- Es estúpido, no funcionaría ahora.
Se aclara la garganta.
- ¿Cómo lo hacías? -Insiste.
Largo el aire de golpe apoyando la barbilla sobre su hombro.
- Mamá y yo inventábamos Barbies que jamás han salido y que podrían salir a la venta. -El recuerdo me hace sonreír-. No lo sé, siempre me hizo sentir mejor, es como si todo se fuera por completo de mi mente.
No lo estoy viendo, pero sé que sonríe.
- Dime alguna que recuerdes.
- La Barbie pirata -digo, en una risa- o la Barbie pintora.
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Invisible 3
Romantik¿Qué sucede cuando en vez de salvarnos comenzamos a hundirnos el uno al otro?