Capítulo 5

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"Invisible 3"

Capítulo V: "El principio del fin"
1.

Jenna me abraza hasta dejarme casi sin respiración, luego se disculpa con una risita nerviosa y procedemos a pedir nuestros helados. Cuando ya estamos sentadas y hablando de cosas sin sentido, la conversación comienza a tomar el rumbo que quería que tomara hace mucho tiempo, pero a la vez me siento inhibida sabiendo que voy a exponerme por completo frente a ella.

-Si -dice, asintiendo con la cabeza-. No tienes que decirme todo, _____ -murmura-. Metí la pata al nombrar a tu papá, ¿cierto?

Niego con la cabeza.

-No, Jen nada de eso. Ya que tocamos el tema... -Mis ojos vuelan hacia mi regazo antes de volver a verla-. Hay algo de lo que quiero hablarte.

Su sonrisa es tímida cuando termina el helado y se cruza de brazos frente a mí.

-Anda, soy toda oídos.

Trago saliva con nerviosismo.

-Vale, ¿juras que no dejarás de ser mi amiga?

Se le escapa una risa divertida cuando se inclina hacia delante y niega con la cabeza.

-_____, eres una de mis pocas amigas verdaderas, a menos que hayas matado a mi hermano, no podría odiarte.

-Vale, eso me alivia porque no mataría a tu hermano. -Reímos-. Bueno, quiero contarte sobre mi papá.

Jenna se cruza de brazos al asentir apoyando la espalda por completo en su silla. Juego con las manos sobre mi regazo mientras me planteo cómo contarle la historia sin echarme a llorar, lo único que pretendo sacar de ésta conversación es que entienda cuán importante es ella en mi vida.

-Voy a comenzar por hablar de mi cumpleaños hace siete años atrás. Mi papá estaba en Brasil, siempre iba allí por trabajo y pasaba dos semanas, no importa todo eso, pero ese año le tocó tener que irse para mi noveno cumpleaños y creo que fue lo peor que me podía pasar, me dijo que cuando regresara íbamos a festejarlo en un gran salón con muchos globos e iba a traerme muchísimos regalos. -Hago una pausa para tomar aire-. El día de mi cumpleaños lo extrañé más que a nada ni nadie en el mundo, esperaba su llamada y estuve todo el día sentada frente al teléfono esperando a que sonara con la esperanza de que fuera él.

Jenna estira una mano por sobre la mesa y toma la mía.

- ¿Te llamó?

Asiento moviendo la cabeza.

-Casi a las ocho de la noche me rendí, creí que no iba a llamar, que se había olvidado de su pequeña y llorando me fui a su escritorio en busca de uno de sus sweaters favoritos, era bordó y tenía su olor, me senté en el suelo observando fijamente la pared pensando en la cantidad de cosas que podrían haber pasado para que él no llamara. Pero llamó. Corrí tan rápido como pude y hablamos:

"-Papá, papá, ¿cómo estás?

-Hola, amor mío, ¡feliz cumpleaños!

Se me llenan los ojos de lágrimas mientras me sorbo la nariz.

-Gracias, pa. ¿Estás bien?

Traga saliva y lo oigo respirar profundo.

-Sí, reina mía. No te asustes, quiero que sepas que si no llamé antes fue porque estaba internado en el hospital y no conseguía que me dejaran salir a usar un teléfono público.

Se me seca la boca al oír que no se encuentra bien, ¿qué le ocurre? Nunca en mi vida lo he visto en cama o algo parecido, de seguro sólo le duele la cabeza y un poco la panza, pero mañana estará bien, ¿verdad?
Alzo la vista para ver a mamá con las cejas enarcadas y una sonrisa en su rostro. No lo sabe, ella no sabe que papá no se encuentra bien.

Invisible 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora