Capítulo 14

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"Invisible 3"

Capítulo XIV: "This pain is just too real".

Justin.

Mi semana comienza con un lunes completamente espantoso, quizá si no fuera lunes no se me habría caído la taza de café, me habría acordado de comprar cereales y no se me habría metido una mosca al ojo. Creo que no soy la única persona en el mundo que detesta el primer día de la semana, en realidad es el primer día laboral de la semana, en fin es un asco.

Dejo a Mildred en su lugar y me aseguro de que no vayan a llevársela antes de entrar a la construcción, me dirijo a mi casillero cuando veo a _______ de espaldas sacando lo necesario para la primera clase, cierro el mío y como se encuentra casi frente a mí la tomo del codo para hacerla girar, pero lo único que recibo de respuesta es una sacudida de sus extremidades intentando deshacer todo el contacto físico posible. Voltea a verme y relaja los músculos.

-Justin.

Me quedo observándola atónito porque sé lo que significa aquello. Cuando a ella se le da por cortarse no deja que nadie la toque, es pura lógica sabiendo que lo primero que se corta son los brazos y lo primero que uno le toca al acercarse es un brazo.

-Buenos días.

Sé que tengo el ceño fruncido, lo que da la sensación de que definitivamente necesito una explicación para tal salto desesperado.

-Me asustaste. -Ríe nerviosa cuando deja el libro en la taquilla-. ¿Cómo estás?

Aparta la mirada así que aprovecho para sacar el móvil y mirar la hora, aún quedan siete minutos para que toque la campana.

-Bien, supongo. -Me revuelvo el cabello. Esto es incómodo-. ¿Tú? ¿Todo bien?

Asiente varias veces, cierra la taquilla y voltea a verme.

-Bien, hoy nos tocan todas las clases juntos.

Finge una sonrisa que parece tener una única función: dejar al descubierto el miedo y las ganas de que la Tierra la trague por completo. Me muevo hacia un costado y la tomo por la cintura.

-Lo sé.

Sonrío, pero la sonrisa se esfuma de mi rostro cuando dirijo mis ojos a los suyos. Ese miel apagado me da la última pista para saber que no se encuentra nada bien. La tomo por las mejillas para darle un beso en los labios y cuando nos separamos me animo a preguntarle si ha ocurrido algo, pero Jenna la saca de apuros tirándose sobre su espalda casi con un chillido.

-Buen lunes -dice, sonríe y se inclina para besarme la mejilla-. ¿Cómo estás?

Ambas apartan la mirada de mí y comienzo a pensar que quizá no me veo, pero cuando me apoyo sobre las taquillas a mi derecha Jenna voltea a verme y sonríe por cortesía. Comienzan a hablar del fin de semana por lo que debería irme de aquí.

- ¿Pudiste hablar con Victoria? -Pregunta Jenna.

No voy a irme porque el tema me interesa siendo que la chica tenía a mi novia un tanto preocupada ayer.

-Si, está todo bien.

Jenna me mira dos veces antes de largar una risa sarcástica.

- ¿Todo bien? ¿Te ves en el espejo?

Me siento bien de saber que no soy el único que se da cuenta cuando _______ está destrozada.

- ¿Qué dijo? -Pregunto, haciéndome un lugar en la conversación-. Supongo que debe haber tenido alguna buena excusa para no contestar o rechazar llamadas.

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