Capitulo 3

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"Invisible 3"

Capítulo III: "Stop wasting time"

Vuelvo a sentarme frente a la laptop con la boca muy abierta y los ojos brillantes, sonrío intentando no llorar porque sería absurdo y quizá Amber podría reír de mi infantil reacción. Sus ojos marrones me observan atentos mientras su cabellera oscura le adorna los costados de su rostro limpio sin siquiera un rastro de maquillaje, se acomoda los auriculares blancos y se aclara la garganta.

-¡Al fin! -Digo, quitando todo rastro de silencio entre nosotras.

Ella niega con la cabeza.

-Es, oh wow, no puedo creer que nos estemos viendo -dice, a la vez sonríe-. ¿Por qué tardamos tanto en vernos?

Me encojo de hombros, llevamos bastante tiempo esperando este momento de vernos aunque sea a través de una pantalla, porque siempre alguna tiene algún problema para conectarse.

-Lo importante es que nos estamos viendo. -Aplaudo haciendo que ella ría-. ¿Qué haces?

Frunce la boca en un pico y alza ambas manos, luego señala hacia un costado.

-Nada, estoy en casa con Logan y supongo que vamos a almorzar bastante tarde porque mamá no ha llegado. -Suelta una pequeña risa al encogerse de hombros-. O quizá tenga que hacer la comida porque ¡Logan no hace nada!

Comienzo a reír cuando Logan grita en el fondo diciendo que ella es quien no hace nada en casa porque él siempre ayuda. Amber ríe negando con la cabeza y su hermano se queda callado.

-Dile a Logan que se acerque -sugiero, animada.

Amber se quita los auriculares y sale de la periferia de la pantalla para buscar a su hermano que se encuentra a unos pocos metros de distancia porque a los segundos se asoma y sonríe.

-Hola, ¿quién eres?

Mi amiga vuelve a sentarse riendo.

-Es _______, Logan. Mi amiga de Georgia.

Logan alza un dedo cuando asiente, su boca forma una sonrisa.

-Es un placer.

También río agitando la mano de un lado al otro para saludarlo.

-El placer es mío.

Su sonrisa se retira junto con él, Amber revolea la mano con desinterés.

-Tiene que seguir matando zombis en su playstation. ¿Tú qué haces?

Largo una risa antes de acomodarme el pelo mientras respondo.

-Debería estar abajo desayunando, pero supongo que pasaré directamente al almuerzo.

Y así pasamos hablando una hora y un poco más. Ella me muestra parte de su casa y yo le enseño mi habitación, a Chris y a Sammy. Luego nos despedimos jurando que debemos hacer esto de vez en cuando porque es más agradable vernos a la cara cuando hablamos. Bajo colgándome el bolso al hombro, mamá me espera con una ceja en alto y los brazos cruzados.

-Voy a almorzar con Justin -digo, rogando para que no me haga quedar en casa.

Suspira y asiente al dar media vuelta.

-No regreses tarde.

Beso su mejilla antes de salir corriendo, cierro la puerta tras mis pasos y doy una vuelta completa haciendo que mi cabello se mueva con el viento cálido de la primavera. El coche de Justin aparca frente a la casa bajando la ventanilla del lado del conductor y lo primero que veo es su ceja en alto, sonrío. Ni siquiera sé porqué mi estado de ánimo se ha elevado de tal manera, pero me gusta porque jamás había estado de este modo luego de una noche tan horrible como la anterior. Corro hacia el coche de Justin saltando como si se tratara de una niña de cinco años, oigo a Justin reír y sonrío una vez más abriendo la puerta del copiloto.

-Buenas -dice, enseñando su perfecta dentadura.

Le enseño la mía, aunque no es tan perfecta como la suya, pero algo es algo y es lo único que tengo. En fin, mis defectos no tienen nada que ver en este momento, tema cerrado. Me obligo a dejar de pensar.

-Hola, ¿cómo estás?

Se inclina hacia mí para darme un suave beso en los labios, le regalo otra sonrisa cuando nos separamos haciendo que frunza el ceño y vuelva a poner el coche marcha.

-Muy bien, y veo que tú también.

Me coloco el cinturón de seguridad y bajo la ventanilla para sentir la brisa.

-Sip -respondo, apretando los labios en una fina línea-. ¿De qué me sirve estar triste?

La boca de Justin forma un pequeño circulo y una risa amarga se escapa de sus labios.

-Bueno, me encanta ese pensamiento, pero ¿a qué se debe esa reflexión?

Me encojo de hombros. Creo que he amanecido bien, hablar con Amber me puso de buen humor y definitivamente al verme en el espejo llena de cortes y con la mirada vacía supe que merezco algo mejor y sólo soy yo quien puede dármelo. Pero esos pensamientos me los guardo y me limito a aclararme la garganta.

-A que la vida es muy corta. ¿Vamos a comer o qué? No he desayunado.

Ríe al presionar el acelerador y deja caer su mano derecha sobre mi rodilla, envuelvo sus dedos con mi mano y apoyo la cabeza contra el vidrio cerrando los ojos para disfrutar el aire que entra por la ventana.

-¿Tienes alguna idea de a dónde quieres almorzar? -Preguntan, cuando doblamos hacia la Avenida.

Niego con la cabeza.

-Podemos ir al centro comercial y ver los menús del día.

Se aclara la garganta quedándose en silencio, así que abro los ojos y volteo a verlo.

-Qué.

Frunzo la nariz antes de volver a mi posición anterior.

-No respondiste.

-Asentí -dice, frenando ante la luz roja-. ¿Estabas durmiendo?

-No, estaba disfrutando del aire.

Ríe.

-¿Dónde está mi novia?¿Qué han hecho con ella?

Le suelto la mano para aplaudir como si acabara de decir algo realmente increíble. Ríe conmigo y luego dobla en la siguiente esquina para ir rumbo al centro comercial.

-Yo soy tu novia -digo, subiendo el vidrio porque a la velocidad que vamos comienzo a despeinarme-. Y estás a punto de conocer mi lado más extraño, así que prepárate.

Alza una ceja dándome una mirada veloz.

-Así que tienes un lado extraño... Yo también.

-Tú tienes sólo un lado y es extraño de por sí.

Recibo un puñetazo en el hombro izquierdo haciendo que largue la carcajada contagiándolo de risa.

-Basta, comienzo a asustarme, ya para -dice, entre risas-. ________, por favor deja de reír.

Me golpeo la pierna cuando lo veo abrir mucho los ojos y reír sin siquiera querer hacerlo, pisa el freno de golpe haciendo que mi cuerpo se incline hacia delante para ser sostenida por el cinturón que se traba para que no me golpee con la parte delantera del coche, alzo la vista para toparme con la luz roja frente a nosotros.

-No sabes conducir.

Justin voltea a verme con los ojos muy abiertos.

-Creo que no.

Y una vez más largo la carcajada haciendo que él también ría.

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#Mar (https://twitter.com/MartinaButeler)

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