❝No Importa❞

06

   

   

—¿hola?—  pregunté al llegar a casa aún sabiendo que no habría nadie.

Luego de responderme a mi misma fui a mi habitación para ponerme una ropa más cómoda.

Bajé a la cocina y me preparé una comida simple, luego hice un poco de limpieza...

En cuanto la tarea... que se pudra.

No había nada más que hacer, así que fui a mi cuarto a ver videos sobre la preparación de pasteles.

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Me quedé dormida viendo como hacían el glaseado de chocolate.

— ¡____! — era la voz de mi madre, tan escandalosa y entusiasta.

—¡ahorita voy!—  hice mi rutina mañanera y bajé para platicar con madre.

—madreeeee, no quiero ir a la escuela—  dije con aburrimiento mientras arrastraba los pies para llegar a donde madre y abrazar su cabeza.

—¡me vas a despeinar!—  me alejé de su cabeza para después sentarme a su lado.

—apurate y come—  fui a servirme café, luego agarré un pan y lo comí.

—sabe muy bueno—  no mentí cuando lo dije, ese pan dulce estaba delicioso.

—come rápido, si no vas a volver a llegar tarde.

Obedecí las ordenes de madre y me encaminé a la puerta principal.

—¡cuídate!

—tú también—  le respondí, luego me acomode los zapatos y corrí, el dia de hoy no desperdiciaria mi tiempo.

Me cansé a los pocos minutos, así que caminé, viendo para todos lados tratando de buscar quien sabe que cosas.

El sonido de una moto me obligó a ver hacia enfrente.

Tan genial.

Era Mitsuya, iba sobre su impulse, llevaba el uniforme y una mochila, se veía demasiado bien.

Repentinamente volteó a verme y me sonrió. Me sentí extraña.

Ignoré todo eso y seguí con mi caminata, no sin antes devolverle la sonrisa.

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—buenos días, profesor Misaki— sonreí con orgullo y me fui a sentar a mi lugar. Ese estúpido maestro me miraba mal, seguramente quería dejarme afuera otra vez.

—¡hola ____!

—Chifuyuuu~—  chocamos la palma de nuestras manos, parecía como si nos hablaramos de toda la vida  —. Ayer se me olvidó preguntar sobre el concurso, al final, ¿quién gano?, o ¿que sucedió?

—¡Mitsuya ganó el primer lugar!, incluso hicimos una pequeña celebración.

—genial, tal vez lo felicite si lo veo
—  dije con normalidad, siempre es bueno felicitar a las personas por sus logros, eso las hace sentir mejor y las motiva.

—¿por qué, acaso Mitsuya te gusta?

¿pues qué fue lo que dije?.

—no, sólo quiero hacerlo y ya.

—ajá.

El profesor pidió las tareas, obviamente no las entregué, sólo esperé a que empezaran a hablar de cosas que no me interesan tanto.

—pss, ____—  escuché el "susurro" de Chifuyu a media explicación de un problema matemático.

—¿hmm?

—¿quieres ir a un lugar genial después de clases?

Revisé mi itinerario mental y llegué a la conclusión de que todo lo demás(comer, limpiar, ver videos de repostería, dormir,etc.)puede joderse por al menos un dia.

—claro.

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"Genial", había dicho ese rubio.
Ahora estoy en una...¿reunión?, de la pandilla a la que pertenece.

Otra vez estaba aburrida, así que busqué una tienda cercana para poder comprar algún dulce.

Entré a la primera tienda que encontré y me compré unas cuantas paletas, además de una soda.

—gracias—  luego de haber pagado por mis compras salí con mis cosas en los brazos, revisando que sabor de paleta escogería primero.

Mierda.

Otra vez choqué con alguien, todas mis paletas salieron rodando, por suerte tenía bien agarrada la soda.

—lo siento—  me disculpé luego de recoger mis dulces y guardarlos en los bolsillos de mi pantalón.

—fue mi culpa, iba distraído—
Levanté el rostro y me encontré con ese chico de cabellos lilas —. toma, te faltó una paleta—  él extendió su mano, sosteniendo ese dulce.

—quedatelo, es otro modo de pedir disculpas—  si ese hubiese sido mi único dulce no hubiera dicho nada de esto.

—oh... ¿gracias?—  Mitsuya rascaba su nuca y sonreía apenado.

—no es nada. Adiós—  me despedí moviendo mi mano derecha, él sólo asintió.

Fui a sentarme en una barda que hallé por ahí cerca de unas motos que estaban estacionadas, aprovecharía para admirarlas e imaginar que una me pertenece.

Me vería espléndida.

—¡oye tú!, ¡niña!, ¡¿qué haces aquí?!—  la voz de un chico se hizo presente, no volteé a verlo, pues yo no soy una niña, seguro le estan hablando a otra persona.

—¡¿quién te crees que eres como para ignorarme?!

Creo que si me estaba hablando a mi.

—oh, ¿como estas?— lo saludé de la manera más gentil que pude.

—¿qué?—  él parecía desconcertado.

—¿que como estas?— repetí.

—o-oh, estoy bien, gracias por preguntar—  su semblante cambió a uno alegre natural, pues hace unos segundos tenía una gigantesca sonrisa, pero se le notaba una vena en la frente, supongo que era de enfado.

—me alegro por ti, por cierto...¿cómo logras tener el cabello tan bonito?—  halagar a un potencial agresor es una excelente idea, aunque no miento sobre su cabello, en verdad es muy bonito.

—lo cepillo todas las noches antes de dormir—  contestó aún con una sonrisa en la cara.

—¿y no se te esponja?

—si, un poco, por eso se ve así de alborotado—  él toco su cabello naranja, haciendo que se revuelva más.

—se te ve bien así.

—gracias— se sentó a mi lado de manera confiada —. ¿puedo probar un peinado en tu cabello?

Asentí, luego me acomode con los pies cruzados, el chico de cabellos naranjas se puso atras de mi.

—esta muy seco, tienes que usar cremas hidratantes—  dijo mientras tomaba unos cuantos mechones y empezaba con si trabajo.

—gracias por el consejo, lo tendré en mente.