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La merienda al fin terminó.

Suspiré y me recargué por completo del respaldo de la silla.
Desde hace meses que no tenía que merendar de esa forma tan incómoda, teniendo un mirada puesta sobre mi, escuchando indirectas totalmente directas y bañadas de perversiones, y comiendo una cantidad realmente limitada de comida, seguramente parecía un perro babeando al ver como disfrutaban el curry acompañado con arroz todos los demás.

Me levanté y pensé que haría ahora.
Me quedé parada durante unos tres minutos, viendo el refrigerador, despreocupada de alguien me mirase, pues nadie más estaba en la cocina.

Después de salir de mi viaje astral fui a mi habitación(la sala)y me senté en mi cama, dispuesta a ver otra película romántica para olvidarme de todo por al menos unas horas.

¡no hay canales buenos!

Suspiré frustrada y me acosté por completo sobre mi cama.

Ya no había nada más que hacer, sólo quedaba la opción de dormir hasta que padre saliera de aquella habitación para poder ponerme al corriente en cuanto al juicio.

El juicio... ¡más preocupaciones!

Tomé uno de los cojines y lo puse sobre mi cara, para luego proceder a gritar hasta que sentí los pulmones pequeños.

En medio de mi desahogue me estaba ahogando, así que tuve que parar.

...¿y ahora qué?

¡ya recordé!, a dormir— cerré los ojos y acomodé la cabeza sobre el cojín.

Una oveja, dos ovejas, tres ovejas, cuatro ovejas, cinco ovejas, seis ovejas, siete ovejas, ocho ovejas, nueve ovej-

¡despierta!¡tenemos que hablar!

No me jodas.


Parece que también lo dije en voz alta, pues sentí como alguien depositaba una fuerte bofetada en mi mejilla derecha.

Me paré velozmente, con intenciones de defenderme.
Y ahí estaba él, con el ceño fruncido, los labios apretados y con la mano derecha levantada, era la misma pose que ponía cada sabado, a las 7 de la tarde, después de llegar de su trabajo; luego de una noche ruidosa, al día siguiente, todo volvía a la normalidad, sólo para esperar a que transcurriera la semana y que llegase nuevamente el maldito sábado.

❝No Importa❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora