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Terminé de acomodar mis pocas pertenencias y me acosté en la cama, las sabanas estaban frías y se sentían realmemte cómodas.

Observé el techo, otra vez, y así me quedé por varios minutos, pensando en todo y nada.

Mi teléfono vibró, señal de una nueva notificación, algo muy extraño. Lo agarré con desconfianza, al momento de ver de quien era el mensaje me tranquilice.

Era Chifuyu, él me preguntaba si asistiría a la escuela el día siguiente, ni siquiera sé si mi suspensión llegó a su fin, pero supongo que sí. Mañana es viernes, sólo iría un día y luego habría 48 horas libres para terminar de hacer absolutamente nada productivo.

Respondí con un: "Sí" me pareció una contestación muy desinteresada, y tal vez Chifuyu pensaría que yo estaba rara, o algo asi, así que agregué ":)" sonreí satisfecha y volví a tirarme a la cama, para dormir y tal vez no volver abrir los ojos durante años.

                ════ ∘◦❁◦∘ ════

Mierda....volví a despertar.

Revisé la hora y me sorprendí, eran las cuatro y algo de la mañana. Aún había tiempo para dormir, así que cerré los ojos.

Todo iba genial en mi intento de conciliar la paz, sin embargo, unos ruidos para nada discretos incrementaron su volúmen, y no eran ruidos bonitos, eran parecidos a los que escuché el día que visité el restaurante de mariscos.

¿por qué no pedí una habitación más alejada a la de ellos?

Cubrí mis oídos con los dedos índices, luego volví a rezarle a una amapola imaginaria para que todo esto acabara.

No sé durante cuanto tiempo estuve obstruyendo mi audición, sólo sé que esos dos ya habían terminado de follar.

Suspiré y casi se me sale el vomito, luego reí bajito, lidiando con la incomodidad que seguía invadiendo mi espacio.

Me levanté y preparé para ir a la escuela, no tengo planeado volver a tener estúpidas suspensiones o escuchar unos estúpidos sermones que podría recitar en voz alta sin equivocarme.

Ya estando lista bajé a la enorme e iluminada sala de aquella lujosa casa, Rindou estaba sentado en un sillón, viendo las noticias y comiendo un pan con café, me recordó demasiado a mis rutinas mañaneras.

Preparé un café bien cargado y tomé un panecito dulce que encontré  hurgando por ahí, volví a la sala y me acomodé en un sillón verde individual, presté atención a la televisión plana más grande que había visto en mi vida.
Las noticias no eran tan alarmantes, sólo anunciaban algunos discursos del actual presidente,el clima, describían varios aspectos de las pandillas más sobresalientes del momento, anuncios de productos inservibles que me llamaron la atención y los videos más populares de las aplicaciones más populares.

❝No Importa❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora