❝No Importa❞

10

Asentí con la cabeza,vluego lo miré a él, quien ya se había puesto enfrente de mi.

—ese Chifuyu—  susurró, pero logré escucharlo, ya que estabamos lejos del bullicio.

—¿qué haces aquí?—  cuestioné.

—nada, sólo vine porque ya terminé de escuchar lo más importante, ahora sólo estan haciendo estupideces.

—bueno, entonces me voy, supongo que esto es algo así como tu lugar de descanso—  me paré y estaba a punto de agarrar mi mochila, cuando sentí una mano sobre mi cabeza, esta dió un leve empujón, supongo que no le importa si estoy aquí o no.

—puedes quedarte, es una banca pública, podemos compartir—  se sentó en la otra orilla de la banca.

—okey...—  antes de sentarme, mi espalda hizo ruidos extraños. Reí un poco y me acomodé.

—¿tus huesos estan bien después de esa caída?

—si, esto es normal—  escuché como reía, volteé a verlo.

Lindo.

—¿qué tengo en la cara?— él desviaba la mirada y se rascaba la nuca, creo que estaba nervioso.

—nada, sólo te estaba observando.

—oh...mmh bueno, estee...

—hum.

El ambiente se torno incómodo, y no soy muy buena en eso de entablar una conversación interesante, la única razón por la que hablo con fluidez con Chifuyu y Smiley es porque ellos empiezan la platica y se encargan de desarrollarla; en cambio, yo sólo...

Mhp, ¿qué importa?

—oh... gracias por cuidar de Luna y Mana el dia que las deje solas.

—no fue nada, de todas formas fue mi culpa que tuvieras que comprar más telas.

—¡no!, no fue tu culpa, esa mañana... supongo que los dos estabamos distraídos.

—si fue mi culpa, yo iba corriendo y no presté atención. Lo siento.

—yo tampoco presté atención, creo que estaba muy estresado con el evento que hubo en la tarde—  volví a mirarlo, él tenía una mueca de disgusto.

—de verdad espero que me perdones por causarte problemas con tu mamá, hermanas, telas y todo lo demás. Yo e-

—hay que dividir la culpa...fuimos ambos, ¡y ya esta!—  cambió su expresión, ahora tenía una sonrisa.

—...bien—  suspiré y fijé mi atención en las hojas del árbol que nos cubría, se ve realmente lindo como la luz traspasa por los los agujeros de tamaños y posiciones arbitrarias, agregandole el cielo azulado de fondo, es simple pero lindo.

—¿te gusta observar el cielo?—  escuché su voz, tranquila y masculina.

—si, pero no lo hago muy a menudo.

—hmm...

El silencio incómodo volvió a aparecer.

—ya tengo que irme, seguramente mi madre se enojará si llego tarde—  me levanté después de tomar mi mochila.

—tu casa esta lejos, si quieres puedo llevarte en mi motocicleta.

Asentí apenada, él me estaba tratando tan bien a pesar de que yo sólo me dediqué a tumbarlo.

—vamos, se va hacer más tarde— lo seguí y observé, de verdad luce muy atractivo en ese traje negro.

—ten, ponte el casco— dije en cuanto llegamos a donde estaba estacionada su motocicleta, poniendo el casco sobre su cabeza.

—Úsalo tú—  se lo quitó y lo puso en mi cabeza.

—no. Es mejor que lo lleves tú. Es tu moto ,tu casco, tu vida, no desperdicies tu tiempo tratando de obligarme a usarlo.

—pero tú irás en la parte de atras y eso es ma-

—Mitsuya. Insisto, úsalo tú—  me acerqué a él para poder abrochar correctamente el casco.

—pero, que tal si- —  negué con la cabeza, no quería seguir discutiendo por algo como esto.

—no importa si algo me sucede. Será mi responsabilidad, ya que yo decidí ir contigo.

—bien. Entonces siéntate y agárrate bien de mi, no quiero que salgas volando por ahí.

Reí ante su comentario y me subí con dificultades a la parte trasera de la moto.

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—gracias por traerme.

—de nada. Espero que Chifuyu no se enoje por no avisarle sobre... esto.

—no lo creo, él es pacífico cuando se lo propone; espero que mañana se lo haya propuesto.

—seh... bueno, nos vemos.

—adiós, saluda a tus hermanas de mi parte.

—lo haré—  encendió su motocicleta y se fue, no sin antes sonreír y hacer un ademán como despedida.

Luego de perderlo de vista caminé  hacía la puerta principal de mi casa.

No había nadie adentro.

Fui a la cocina y me preparé una rica comida que acompañé viendo el televisor, demasiado silencio hay veces tambien hace daño.

Cuando terminé fui a mi habitación, me cambié y comencé a hacer las tareas, de mala gana, pero las hice.

                ════ ∘◦❁◦∘ ════

Eran casi las 11 de la noche, y madre no aparecía en casa.

¿y si le pasó algo? Estando asustada le llamé unas 20 veces más.

No respondía.

Con el celular en la mano me fui a sentar en uno de los sillones de la sala, así sería más fácil darme cuenta en caso de que alguien llegara.

Pasaron otras cuatro horas, un alboroto se escuchó fuera de casa, luego la cerradura de la puerta siendo girada.

Ni siquiera se como aguanté estar despierta todo este rato.

Me  levanté y observé fijamente la puerta, esperando a que fuese abierta para poder ver a madre.

La puerta tardó unos segundos en abrirse en su totalidad, para después dejar ver a madre en mal estado.

—¿qué te sucedió?—  pregunté mientras me acercaba con rápidez hacia donde ella se mantenía en pie con ayuda de la pared.

— n-nada... voy a-a dormir. Ayu-yudame a subir—  le quité el pequeño bolso que traía y lo cargué, para después pasar mi brazo izquierdo por sus axilas y ayudarla a caminar en las escaleras.

Después de caminar con dificultades, llegamos a su habitación. Tan pronto entramos, ella se echó sobre su cama, quedando dormida al instante; retiré los grandes tacones que llevaba puestos en sus pies, también sus aretes y anillos, los acomodé en un mueble que hay al lado de su cama, apagué la luz y bajé a la sala.

Mañana será un día agotador.

(Muchas gracias a todas esas personas que siguieron leyendo :D)