Santino no paraba con su bromita y pretendía que sus tutores se dieran un beso. Se removía en brazos de Gastón, de acá para allá, sin detenerse y sacudiendo sus bracitos
- ¡¡Metito, metito, metito!!
- ¿Qué esperás, mexicana? Dame mi beso
- ¿Eh?
- Es uno en el cachete y listo
- Está bien – Mía se acerca despacito a su ex y le planta un suave y dulce besote en la mejilla. Gastón tenía toda la intención de mover su cara y que fuera en los labios, sin embargo, se quedó quieto
- ¡¡Bavoooooooooooooooo!! – Aplaudiendo, Santino se bajó de su tío y corrió a su cuarto – ¡Mamo a Dicky, mamo! – Los adultos ahí presentes no dejaban de mirarse y sólo los alaridos del enano los sacaron de su ensoñación
- Es hora de moverse, ¿no?
- Así parece, mexicana
- ¡Quedo hedado!
- ¿Querés helado, loquito?
- Ti, muto hedado de cocote
- ¿Ricky vende?
- No se, ni idea. En todo caso, después de ir ahí, pasamos por una heladería
- Es buen plan
- ¿Yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy?
- Ya vamos, acelerado – Lo alza – ¿Tenés todo en la mochi?
- Ti, guguete y dopita, tía punió
- Siendo así, ¡a ver a Ricky!
Salieron los tres y subieron al coche de Gastón, el pelotero quedaba cerquita, pero el ambiente se sentía demasiado húmedo como para que Santi anduviera a pie. Llegaron al lugar indicado y al pequeño Piñeyra por poco y le da un soponcio ante semejante espectáculo; había toboganes, piletas de pelotas, trampolines, castillos inflables y juguetes desparramados por doquier. Sin esperar a que sus tutores dijeran nada, el nene salió disparado hasta uno de los toboganes
- ¡Adiba, ti! ¡Dindo, dindo, toboán!
- Tranquilo, piojo
- Atuda, tío, no tubo tolo
- A ver… – Gastón lo ayuda a trepar la escalera y Mía se pone al final de la rampa
- ¡Anda, Santi, tírate!
- ¡¡Tiiiiiiiiiiiii!! – Sin miedo alguno, el pequeño se lanzó y cayó directo a los brazos de su madrina – ¡¡Ota, ota!!
- ¿No piensas saludar a Ricky y Mayte, piojosito?
- ¿None tán?
- Ahí, mirándote y esperando un saludito de su consentido
- ¡¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! – El matrimonio recibió a Santi con todo el cariño. Ricardo fue el mejor amigo de Pablo y era padrino del enano. Mayte se hizo muy amiga de Manu también y tenía la mejor actitud para con Mía, las dos se habían aprendido a querer muchísimo
- ¡Hola, campeón! ¿Te gustan los juegos?
- ¡Ti, Dicky, e dindo!
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"Nadie como vos"
Romance"NADIE COMO VOS" cuenta la historia de Mía Scaparone, una chica mexicana que por diferentes razones se radica en la Argentina junto a su prima Manuela. Un trágico accidente se lleva la vida de Manu y su esposo Pablo, dejando al pequeño hijo de ambos...