Capitulo 7

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Los pasos apresurados de los alumnos resonaban por los pasillos, la primera clase de vuelo tendría comienzo en unos minutos. La clase de vuelo era algo que tenía a los alumnos extasiados y asustados a partes iguales.

Instantes después los alumnos de Gryffindor y Slytherin de primer año se encontraban frente a la profesora Hooch.
—Bueno ¿qué están esperando?, Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.

Phoenix miró su escoba que, como las otras, se encontraba cuidadosamente alineada. Era obvio que el modelo era antiguo es decir la escoba se veía vieja y maltratada.

—Extiendan la mano derecha sobre la escoba —les indicó la señora Hooch— y digan «arriba»

— ¡ARRIBA! —gritaron todos a coro.

La reacción de las escobas al llamado fue variada, mientras que algunas como la de Harry y, para su sorpresa, la de Phoenix que subieron a su mano de inmediato, otros casos como los de Hermione y Neville eran un poco más tristes pues parecía que la escoba no tenía intención alguna de moverse de su sitio. Pero sin duda el más divertido fue el de Ron quien fue golpeado de lleno en la cara por su escoba.

Cuando todos tuvieron su escoba en la mano, la profesora les mostró como montarse en ella y corrigió a uno que otro alumno. Phoenix escuchó a Harry reír por lo bajo cuando la profesora corrigió a Draco.

—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, den una fuerte patada —dijo la señora Hooch—Mantengan las escobas firmes, elévense un metro o dos y luego bajen inclinándose suavemente. Preparados... tres... dos...

Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.

— ¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero Neville subía en línea recta, cuatro metros... seis metros... Neville tenía una cara pálida y asustada, mirando hacia el terreno que se alejaba. Segundos después Neville yacía tirado en la hierba.

La señora Hooch se inclinó sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico. —La muñeca fracturada — murmuro—. Vamos, muchacho... Está bien... A levantarse. — Se volvió hacia el resto de la clase. —No se muevan mientras llevo a este chico a la enfermería. NO quiero ver una sola escoba en el aire o el audaz estará fuera de Hogwarts más rápido de lo que tarde en decir quidditch. Vamos, hijo—lo último iba claramente dirigido a Neville.

— ¿vieron la cara de ese tonto? — se burló Malfoy y los otros Slytherins le hicieron coro.

— ¡Cierra la boca, Malfoy! —dijo Parvati Patil en tono cortante.

—Oh, ¿estás enamorada de Longbottom?, Nunca pensé que te podían gustar los gorditos llorones, Parvati —esa no fue otra que Pansy Parkinson.

— ¡Miren! —Dijo Malfoy, agachándose y recogiendo algo de la hierba—Es esa cosa estúpida que le mandó su abuela a Longbottom. — Y como era de esperarse no se refería a nada más ni nada menos que a la Recordadora que brillaba al sol cuando la tomo.

—Trae eso aquí, Malfoy —dijo Harry.

—Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque... ¿Qué les parece... en la copa de un árbol?

— ¡Tráela aquí! —rugió Harry, pero Malfoy había subido a su escoba y se alejaba. No había mentido, sabía volar. Desde las ramas más altas de un roble lo llamó:
— ¡Ven a buscarla, Potter! — Harry cogió su escoba.

— ¡No! —Gritó Hermione Granger—. La señora Hooch dijo que no nos moviéramos. Nos vas a meter en un lío. — mencionó la castaña pero fue completamente ignorada.

Y así dio inicio el show, ambos chicos se insultaban en el aire, entonces paso, tal como en la película Draco lanzo la recordadora y Harry se lanzó en picada por ella, poco después de que el de gafas hubiera aterrizado la imponente voz de la profesora McGonagall hizo acto de presencia.

Reencarnar en Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora