Sister Of The Moon (Debbie & Tammy)✧

12 - cuidar con cariño.

Al escuchar las palabras de Tammy, Debbie asintió y le besó la frente con una cálida sonrisa. Se dirigió y habló con una enfermera pelirroja que pronto entró a la sala y le hizo un chequeo general por todo el cuerpo de Tammy para ver como estaban sus heridas; al finalizar, la enfermera pelirroja le dijo que sus heridas eran superficiales y que se podían tratar en casa, así que sin más, llamó al doctor que le firmó el alta.
- bien, te ayudo. - dijo Debb extendiendole los brazos para ayudarla a sentar.
- no, tranquila, creo que puedo. - dijo Tammy sonriendole.
- como tú digas princesa.
con aquel comentario Tammy se sonrojó y sonrió para sí, luego se sentó en la cama mientras que Debbie le alcanzó la ropa.
- Debb, ¿podrías no mirarme mientras me cambio?.
- claro que sí, te espero en las sillas de afuera, tómate el tiempo que necesites.
se sonrieron y cuando Debb cerró la puerta de la habitación Tammy comenzó a quitarse la bata de hospital y se vió su abdomen y pierna izquierda vendadas, lo demás eran moretones visibles, no le dió importancia, no estaba segura de que verse su cuerpo en aquel momento le haría bien, asi que se cambió y cuando estuvo lista, con algunos mareos y tambaleos se encaminó a la puerta.
- lista. - dijo con una sonrisa cansada.
- ¿quieres que te lleve en mis brazos princesa?.
- Debb... que linda eres, con que me sujetes para que no me caiga me basta, me siento mareada. Y con lo de princesa, creo que Tam Tam es mejor, es más tuyo, supongo...
- bueno, pero aún así eres una princesa Tam Tam.
- una princesa medio hecha mierda. - lanzó una risita mientras Debb rió en voz alta y la envolvió en un abrazo mientras cruzaban la puerta de salida del hospital, el sol estaba subiendo en aquel cielo de naranjas y rosas infinitos, sus pequeños rayos amarillentos iluminaban sus rostros mientras llegaban al auto, cada vez hacía más y más frio, el invierno se acercaba.

Debbie la ayudo a subirse y luego a bajar.
- el hotel es horrible, perdona... si quieres mañana busco otro cerca donde descansar mejor, pero ahora prefiero que descanses aquí.
- no importa donde descanse, mientras que esté contigo se que es perfecto.
Debbie asintió, y se sintió al borde de las lágrimas, tenía muchas ganas de besarla y decirle lo mucho que la amaba, pero no estaba segura de si eso era lo que Tammy quería, así que se dejó llevar por sus dulces palabras y la acompañó dentro del hotel sin dejar de soltarle la mano.
- Tam Tam, perdón por tantas preguntas, pero ¿qué necesitas ahora?...
- no te preocupes, de hecho se que ya lo dije mucho pero te agradezco por todo, siento que soy demasiado y no se como todavia no te fuiste...
- Tam Tam, no digas eso, no me voy a ir a menos que eso quieras sino, lo que necesites, me lo dices.
Tammy asiente sonriendole.
- quisiera bañarme, pero... no creo que pueda sola.
- perfecto, recuéstate un rato que preparo todo. - le respondió la castaña abrazandola y susurrando - hey, te quiero mucho ¿lo sabes no?.
- gracias, yo más.
Debbie se encaminó a preparar la bañera, abrió la canilla y espero a que salga agua caliente, midió la temperatura con la mano y preparó una bata, cuando estuvo lista la llamó.
Tammy entró y Debbie la dejó para que se desvistiera tranquila, al terminar la llamó.
Debbie llegó y se sorprendió por lo malherida que había quedado Tammy. Miró al piso con algo de vergüenza y la rubia habló.
- perdona, de enserio, pero necesito que me quites las vendas, no puedo sola. - dijo la rubia con voz fragil.
Pero Debbie no hizo eso sino que la abrazó por la espalda con mucho cuidado de no lastimarla y Tammy comenzó a llorar, se sintió liviana y segura, logró bajar la guardia que había mantenido alta desde que llegó a la estación de policía, y así se dejó llevar en ese más sincero y cálido abrazo.
Luego de unos minutos Debbie la soltó solo para verla de frente.
Al hacerlo Tammy seguía sollozando. Le sonrió y miró las vendas.
- ¿puedo?.
la rubia asintió y Debbie comenzó por la de la pierna izquierda, al terminar Tammy observó que no estaba tan mal como se imaginaba, luego Debbie con muchisima delicadeza le quitó la del abdomen dejando a la rubia completamente desnuda, aquella si se veía peor, pero era cuestión de días para que sanara. Se mantuvieron en silencio, mientras que Debbie la guiaba dentro de la bañera.

Una vez allí, Tammy se limpió las heridas con cuidado, pero luego paró y miró abajo, sentía vergüenza de sus miles de moretones y de que Debbie la viera completamente desnuda.
- Tam Tam, tranquila, estas hermosa, siempre lo vas a estar. - le dijo la castaña mientras le acariciaba el rostro con un solo dedo.
Tammy alzó la vista conectándola con la de Debbie, sonriendole.
- Te amo Debbie - dijo al fin, y aquel te amo no fue uno cualquiera, uno sin pensar, uno al pasar, fue uno más que sentido, uno que se venía guardando hace muchísimo.
- yo también te amo Tam Tam - respondió, y con cuidado conectó sus labios con los de Tammy la cuál le acarició el rostro suavemente para intensificar el beso.
Debbie se separó, tratando de respetar que era lo que quería la rubia.
- sigue por favor - dijo Tammy tiernamente.
- vamos a un lugar más cómodo.
Debbie la ayudó a secarse y la condujo al dormitorio, con cuidado la acostó en la cama. Tammy no dejaba de sonreir mientras que Debbie se despojó de sus atuendos y se acercó a la rubia, se besaron apasionadamente para luego comenzar a besar cada moretón que visibilizaba en el cuerpo de Tammy quién largaba pequeños gemidos. Al cabo de un rato de hacerlo Debbie le preguntó...
- ¿estás cómoda? ¿quieres que pare?.
- si estoy más que cómoda Debb, hace mucho quería esto, tú sigue.
- me dices si te duele.
- si, tranquila.
con eso Debbie le empezó a masajear un pecho mientras que con su rostro bajaba dejando besos húmedos por todo el cuerpo de Tammy y comenzaba a lamer su clítoris.
La rubia comenzó a gemir cada vez más fuerte y la castaña dejó sus pechos para introducirle un dedo en su centro, lo hizo lento y despacio mientras que abandonó el clítoris para depositarle besos en la pierna y así introducir el segundo dedo.
Tammy no aguantaba más, se encontraba feliz y en paz, sus gemidos eran suaves, estaba envuelta en una capa de sudor y su respiración cada vez se aceleraba más, con sus manos tomó las sábanas, Debbie mientras con su mano libre le acariciaba un muslo y pronto Tammy comenzó a venirse, apretando los dedos del pié y dejando caer una pequeña lágrima por su mejilla.
Al finalizar, Tammy la abrazó muy fuerte y le besó el rostro entero, se encontraban exhaustas. Debbie la ayudó a ponerse las vendas y luego se abrazó a Tammy mientras que esta le acariaba el cabello hasta que se durmieron.