࿔⠀⠀𝗗𝖾𝗅𝗍𝖺⠀「 𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲 」

05- Olor

— ¡No es justo, Critinini! Están buscando un alfa para Auron...

— ¿Y qué piensas que van a estar buscando, estúpida? ¿Una tortuga para que se aparee?

— ¡No, Cris! Pero me- ¡Auch!

— No me pegues, sabes que te la devolveré.

— ¿Tengo que mandarlas a la mierda todos los días por esta puta máquina de mierda?

De nuevo ambas chicas lo miraron, Staryuuki con un poco de miedo y Cristinini con fastidio, sin decir nada, se fueron, dejando que Rubén sacara su lata de refresco para ir hacia la biblioteca.

— Buenos días, Doblas — dijo la bibliotecaria.

Rubén se acercó al escritorio para ver el nombre en la placa por primera vez en todo lo que llevaba en esa universidad.

— Sara BJean — dijo, más lento de normal, haciendo que la chica lo mirara con el ceño algo fruncido.

— Rubén Doblas — dijo, de la misma forma que el rubio había hecho con su nombre.

— Un gusto— Rubén sonrió, irónico, mientras extendía la mano hacia la bibliotecaria, pero la corrió rápidamente en cuanto ella fue a tomarla.

Rubius rio, divertido, pero la alfa gruñó, acomodándose los anteojos con una expresión molesta en el rostro.

El rubio dio media vuelta para dirigirse hacia su sillón, dispuesto a dormir un poco, pero la voz de Sara lo hizo frenar.

— Veo que estás de buen humor hoy, Rubius — dijo—, ¿Ese olor que llevas tiene algo que ver?

Confundido, Rubén se giró para caminar de regreso hacia donde la chica estaba sentada.

— ¿De qué olor hablas?

Sara lo miró como si estuviera bromeando, pero por la expresión en el rostro del rubio se dio cuenta de que no era así.

— Hueles como a caramelo— dijo—, es algo leve, pero puedo sentirlo igual, no sé, ¿Tuviste una noche interesante? — preguntó con una sonrisa.

Rubén no dijo nada por unos segundos, cayendo en cuenta que había dormido abrazando a Raúl y que el olor del omega se había quedado consigo.

Pensó que quizás, si Rubén tuviera su olor propio no se notaría tanto.

— Corrígeme si me equivoco— dijo Sara al ver que Rubén no iba a hablar— ¿Una omega interesante en la noche?

Rubén comenzó a sentir el nerviosismo en su interior, y un calor lo abrumó.

— ¿Tengo razón? — preguntó Sara, alzando una ceja, sonriendo de forma victoriosa.

Rubén reaccionó de golpe, encogiéndose de hombros.

— ¿Y qué si fue así? — dijo, en todo defensivo, lo que hizo reír a la bibliotecaria—, tú tampoco hueles mucho como tú— dijo, inclinándose hacia ella de forma desafiante.

La chica rio.

— Porque no es un secreto que tengo a mi omega, Doblas — dijo—, en cambio... No me esperaba eso de ti.

— ¿Eso?

— Una omega, o un omega, no lo sé— sonrió.

Rubén tomó un sorbo de refresco, su nerviosismo había pasado.

— Lo que haga durante la noche no te incumbe— dijo, de forma fría y para sorpresa de la alfa—, a menos que quieras ser parte de ella— añadió, con una sonrisa y un guiño.