࿔⠀⠀𝗗𝖾𝗅𝗍𝖺⠀「 𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲 」

36- [ Fin ]

Tres meses después

— Hace siglos que no veo a Rubius, ¿Habrá engordado? ¿Estará más alto?

— Fueron sólo tres meses — dijo Irina, sin ganas—. Y lo conoces desde hace más de dos años, si no creció ni engordó en ese tiempo no lo hará en unos meses.

— Pero el embarazo te cambia .— objetó Sara.

— Rubius no está embarazado, boba— se metió Lolito en la conversación—. Él no es el pasivo, ni el omega. Es el que dice que va a comprar leche y no regresa nunca más— Manuel se rió de su propio chiste.

— Recuérdeme porqué me ofrecí a traerlos— habló Borja al volante, en tono de súplica.

Los tres raritos habían hablado todo el camino, sin descanso y habían discutido varias veces por banalidades, o porque se golpeaban sin querer.

Ninguno había querido ir en el asiento del copiloto, así que los tres amigos iban apretándose en el asiento trasero, mientras Luzu se sentía como un taxista o un padre con sus tres hijos inquietos.

— Porque le querías ver el culo a mi hermano— respondió Irina, con total seguridad, haciendo que Sara riera, Lolito se volviera un tomate y comenzara a golpearla, y Luzu quedará sin palabras.

Segundos después, Borja respiró profundamente, reprimiendo el impulso de frenar el auto y dejarlos en medio del camino.

— ¡Cambio de tema! — habló Sara, con emoción— ¿Creen que a Auron ya se le note la barriga?

— De comer, quizás— dijo Lolito.

— De comerse a Doblas— corrigió Irina, haciendo que ambos rieran, y que Borja les dirigiera una mirada extraña por el espejo—. Sólo son tres meses, se le va a empezar a notar enserio a los seis meses.

— Chico emo — lo llamó Lolito, haciendo que Luzu frunciera el ceño—. ¿Ya saben cómo le pondrán?

El ahora castaño negó.

— No creo, tampoco les pregunté.

— Bien, pensemos un nombre— Biyin sonrió ampliamente—. Tengan en cuenta que tendría que ser apto como para un perrito también... Considerando que serán cambiaformas como Auron.

—¿Cómo le pondrían a un perrito? — preguntó Luzu, algo divertido por el razonamiento de Biyin.

— ¿Si es niño? ¿O niña? — preguntó Sara, con una mano en su mentón, pensativa.

— ¿Un nombre para perra? Irina — dijo Lolito, haciendo que Sara y Borja rieran, y esta vez fue la rubia quién golpeó a su hermano.

Continuaron todo el camino de la misma forma, hasta que llegaron a la casa donde sería el babyshower, cuando se quedaron sin palabras al ver el amplio patio con decoraciones, gente bien vestida, y una casa amplia y de diseño moderno un poco más atrás que todas las mesas.

— ¿Esa es la casa del mismo chico con un mugroso departamento de dos ambientes? — preguntó Irina, aunque de forma retórica.

— Me duele la pobreza— Sara se llevó una mano al pecho dramáticamente.

— Cosas así me dan ganas de tener un sugar daddy— comentó Manuel, aunque en tono de broma, mientras sostenía la puerta del auto para que Irina bajara por su lado.

— Más que azúcar, creo que tú tipo son los cítricos— comentó la rubia, con una sonrisa, palmeando el hombro de su hermano con fuerza.

Borja la miró de reojo, pero Lolito frunció el ceño, sin entender.