25- Todavia respira

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Su celular vibró, sacándolo se su bolsillo con tranquilidad, alzó las cejas y se apresuró a atender al ver el nombre en la pantalla.

— Alexby — murmuró, mirando hacia el asiento delantero, hacia su chófer, deseando estar solo—. Creí que no me llamarías.

— No iba a hacerlo.

La voz suave del chico lo hizo suspirar un poco.

— Pero... Aquí tu omega se desmayó.

Fargan frunció el ceño, ladeó la cabeza, y tardó unos segundos en hablar.

— ¿Cómo?

— Raúl Álvarez — el beta intentaba sonar despreocupado, pero Fargan pudo notar el nerviosismo en su voz—, perdió en conocimiento, ahora lo acosté en tu cama, era lo más cercano, no lo iba a tener el brazos todo el día hasta que regresaras...

David golpeó el asiento del conductor, haciendo que el chófer lo mirara por el espejo.

— Regresemos a casa, rápido— ordenó, el hombre sólo asintió, girando en la próxima esquina.

Fargan volvió a colocar el celular sobre su oreja.

— ¿Pero está bien?

Escuchó un silencio y luego al pelinegro suspirar, en ese tono de "no me gusta que te importe" que hablaba desde hacía bastante.

— Se ve muy enfermo, Fargan— murmuró por el teléfono—. No tiene color y está frío, aunque su frente está muy caliente... Creí que ibas a cuidar mejor a tu omega.

— Deja de decir eso, no es mí omega, y no lo será nunca, idiota— Fargan intentaba controlar su enojo, aunque no le resultó muy bien—. Me preocupo por su estado, pero eso no significa nada, ¿Cuántas veces te lo tengo que decir?

Escuchó el silencio del otro lado de la línea, cosa que lo inquietó, y lo hizo dudar si había usado su voz de alfa sin querer y eso había incomodado mucho a Alejandro, el chico era tan sensible como un omega en ocasiones.

— Lo cubrí un poco con las sábanas— escuchó su voz luego de unos segundos, su tono estaba totalmente normal.

Fargan soltó el aire que había retenido.

— Sigue respirando, tranquilo— continuó el pelinegro—, por ahora.

— ¡Alexby!

Escuchó su risa, Fargan se frotó el rostro, aunque sonrió un poco, hacía bastante que el chico no bromeaba.

— Ya, no lo mataré— dijo Alex, como para "tranquilizarlo"—, ¿Ya estás en camino?

Fargan separó el celular de su rostro para pedirle al conductor que acelerara.

— Llego en dos minutos— dijo el castaño—, o menos.

— Bien, adiós.

— A-... Espera, Alex, ¿Qué hacías en mi casa?

El pitido de la llamada finalizada lo hizo maldecir por dentro.

No llegó a guardar su teléfono que una nueva llamada lo hizo detenerse, viendo el nombre de Borja Luzuriaga.

— ¿Buenas? — preguntó, sin saber muy bien el porqué de la llamada, ya que desde que el azabache se había marchado no habían estado en contacto.

— Hola, Fargan— su tono de voz parecía el de alguien estresado.

— ¿Pasó algo? — preguntó con algo de miedo.

࿔⠀⠀𝗗𝖾𝗅𝗍𝖺⠀「 𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora