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[Doce años más tarde]


Jeongin se encontraba llegando a su casa después de un largo día de trabajo en la tienda de artículos para mascotas de su amigo. Se quedó un poco mas del tiempo usual a pedido de Seungmin para ayudarlo a hacer inventario y ahora mismo el mayor lo acercaba en su carro hacia su linda cabaña.

A sus diecinueve años a Jeongin le hubiese gustado mantener los gastos del hogar por su cuenta, pero el dinero que ganaba a penas le alcanzaba para mantener el pago de sus estudios universitarios y comprar lo necesario para sobrevivir, por lo que la ayuda de sus padres era indispensable si quería seguir teniendo alguna libertad.

Pero esa libertad era condicional; por una parte al castaño le gustaría que sus padres, más en especial su madre, no estuviese tan de acuerdo con su sexualidad, pues gracias a ello se encontraba prácticamente comprometido con Kang YongHyun; un hombre bien parecido, CEO de una línea de restaurantes muy conocida en Corea del Sur, pero que el menor no tenía el más mínimo interés en conocer.

Aún así, no importa lo que él quisiera. ¡Sus padres le habían arreglado un matrimonio en pleno siglo XXI! Y si se negaba, pagaría las consecuencias.

—Innie —el castaño le llamó antes de bajarse del auto—, mañana es tu día libre, así que tienes todo el fin de semana desocupado.

Jeongin se sorprendió debido a ello. —¿De verdad? Pero, ¿no necesitarás ayuda?
—No te preocupes, Félix irá a acompañarme ¿Si? —Jeongin asintió esbozando lentamente una pequeña sonrisa.

Se despidieron finalmente y, con pereza y lentitud el joven pelinegro anduvo por el sendero de piedras que actualmente se encontraba cubierta de espesa y blanca nieve.

El aroma de los pinos escarchados debido a las recientes nevadas, le brindaba tranquilidad y Yang pensaba que seguro una hermosa vista para admirar le esperaba desde su acogedora casa. A solo pasos de la misma, fantaseaba con estar envuelto entre dos o más mantas abrigadas y degustar de un té verde para abrir paso a su acogedor fin de semana.

Estuvo a punto de sacar las llaves de su bolsillo cuando, hasta ese momento, se percató de la figura entre gris y blanca que acaparaba todo el frente de su puerta.


Mierda.

Había un jodido lobo.


Jeongin experimentó el deja vú más a terrado de toda su vida permaneciendo lo mas inmóvil que pudo bajo la atenta mirada de aquel depredador del bosque, el cuál con solo sus fríos ojos grises le dejaba muy en claro que había pasado a llamarse cena.

¿Qué podía hacer? Tenía muy en claro que este no era para nada como el encuentro que había vivido años atrás con el lobo bebé.

No, claro que no. Este lobo podría fácilmente sacarle las entrañas de un mordisco y, la imagen de experimentar ese dolor a carne viva solo le envió un escalofrío por todo el cuerpo, sintiendo unas potentes ganas de llorar.

¿Sus opciones? Si salía corriendo, el lobo lo alcanzaría. Si no lo hacia, igualmente estaría muerto. Pero Jeongin pensó que, al menos debía intentar luchar por su vida.


Entonces, sin pensarlo un segundo más, echó a correr en el torpe pero mas veloz intento que su cerebro le permitió articular a sus piernas. Podía escuchar sonidos como pasos a sus espaldas, aunque no se atrevió a voltear ni un segundo. No sabía hacia donde iría exactamente pero, como mínimo esperaba encontrarse con un árbol lo suficientemente grande como para sostener su peso y escapar de aquellas fauces. Ya luego, si lograba sobrevivir, llamaría a sus padres, a Seungmin y a Control Animal por supuesto.

In The Forest 🐺 || ChanIn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora