03.

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Nuevamente caía Lunes, uno muy frío y más ventoso de lo habitual, pero era normal en esos días. Sinceramente, Jeongin estaba ansiando que la primavera hiciera acto de presencia pronto.

Había asistido a su trabajo normalmente, aunque eso no le distrajo de pensar todo el día en el lobo, pues había dejado la puerta trasera de su cabaña abierta para él, en caso de que quiera salir a cazar o algo. ¡En serio le había dejado la puerta abierta a, no solo uno, sino probablemente gran cantidad de animales salvajes! Estaba loco, o a punto de enloquecer. Ya lo sabía.

Aunque en parte eso era lo que —sorprendentemente— le tenía menos sin cuidado, porque mientras acomodaba unas latas plásticas de comida para peces en los estantes, no pudo evitar pensar en los aullidos lastimeros que había oído de madrugada las otras noches. Recientemente, el cielo de Seúl había sido iluminado con la majestuosidad de la hermosa luna llena, y el pelinegro no dudaba en que dichos aullidos provenían de la sala de su casa.

—¿Sucede algo, Jeongin? —preguntó repentinamente su amigo de facciones adorables acercándose a él.

—Uh, nada, ¿po-por qué lo dices?

Seungmin soltó una risita y señaló los estantes que se encontraba abasteciendo.— Porque, quizás estas llenando de comida para peces donde se supone que va el alpiste y... las vitaminas para mascotas —dijo y Jeongin volteó para confirmar que sí, se había pasado del lugar designado para ello; un sonrojo se formó en sus lindas mejillas sacándole otra risita a Kim y rápidamente quitó los envases sobrantes, metiéndolos de nuevo a su caja bajo la mirada atenta del pelirrojo.

—Oye, puedes dejar eso un momento... —dijo Kim, aunque Jeongin se percató que se trató más bien de una orden cuando la caja fue quitada de sus manos y fue guiado por el contrario hasta detrás del mostrador y la registradora, donde yacían dos banquillos altos, uno para cada uno.

Tomaron asiento y Seungmin le observó con los ojos entrecerrados y sus labios formando una pequeña línea recta.

—¿...Qué? ¡Seungmin hyung, deja de mirarme así! —puchereó al ver a su mayor inmóvil en su sitio y le lanzó un suave manotazo que éste esquivó, desplegando una pequeña sonrisa.

—No hasta que me digas que tienes —habló firmemente sin borrar aquella expresión de su rostro y poniendo sus manos al frente para evitar los "golpes"  de Jeongin.

El menor soltó un suspiro y le observó, desviando la mirada después.

—¿Es necesario decirlo? —bien, puede que no le vaya a hablar sobre el animal que tenía residiendo en su casa, pero sin dudas otro tema más relevante y que también consumía gran parte de sus pensamientos, podía surgir. Y de ese sí que podían hablar.

El alto hizo una 'o' pequeñita con sus labios y no dudó en atraer a Jeongin hacia él, haciéndolo bajarse del banquillo o sino, iba a caerse. —Lamento haberte hecho poner las noticias —murmuró acariciando los finos cabellos y Yang sonrió algo triste, devolviéndole el abrazo a su amigo por la cintura.

—No importa, realmente, no me importa lo que digan los medios, solo... me da impotencia sentirme usado, eso es lo que en realidad me afecta, hyung. —admitió separándose levemente para ver a Kim y, vaya que se sentía un poco liberador expresarlo en voz alta. El chico asintió y limpió un par de lágrimas que se habían escapado de aquellos brillantes orbes, soltando un resoplido también.

—Uhm, ¿no has pensado en tus opciones?

—¿Uh? —pestañeó el menor confundido sintiendo como Kim apretaba sus mejillas, mientras parecía pensar.

—Tu panorama. Si te casas, de todas formas puedes seguir estudiando —dijo, ahora mirándole—, puedes trabajar aunque talvez no lo necesites, puedes viajar o hacer cursos, aún podrías hacer muchas cosas...

In The Forest 🐺 || ChanIn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora