04.

76 6 4
                                    


Okey, ¡aquella situación no podía ser más rara!

O tal vez Jeongin no debería si quiera pensar en eso, porque con la suerte que se cargaba a veces, seguramente sí podía ponerse peor.

Está demás decir que estaba muy confundido y que obviamente no tardó en tomar cualquier objeto que estuviese a su alcance —una sombrilla, específicamente— para defenderse por si aquél desconocido intentaba dañarle, ¡no porque fuera lindo iba a fiarse!

Apuntó hacia el joven quien yacía aún en el sofá, y éste alzó sus manos a los costados en señal de inocencia .—¿Qui-quién eres? ¿y có-cómo entraste a mi casa? —preguntó sin poder evitar que su voz titubease por los nervios.

—Bien... Esto no es lo que tenía en mente pero... —murmuró, pensando en voz alta bajo la atenta mirada del menor quien alzó una ceja inquisitivo— mi nombre es Chan, entré por la puerta —sonrío, casi inocentemente. 

Jeongin parpadeó un par de veces, igual que antes. — Oh... ¿quién me manda a dejar la puerta abierta? ¡Por supuesto que alguien podía entrar! —expresó con frustración— de-de todos modos, aún no sé quien seas, ¿qué haces aquí y por qué tienes orejas...- —la mueca confundida del azabache se transformó en una de sorpresa, emitiendo un gritito que logró espantar a Chan— Oh por Dios, eres un furro.

—¿...Un qué? —el platinado inclinó su cabeza hacia un lado haciendo una linda mueca confundida, que si Jeongin no hubiese estado tan nervioso habría pensado en lo tierno que fue.

—¿No eres un otaku que vaga por ahí?

—¿Qué clase de animal es ese? —preguntó el alto y Jeongin tuvo que reprimir una mueca de molestia con sus labios volviéndose una fina línea.

—E-espera, ahora que lo pienso, creo que te he visto antes... —murmuró recordando otra vez pero esta vez soltó la sombrilla de repente, Chan movió sus orejitas lobunas ante el golpe seco y entrecerró los ojos— ¡te ví en mis sueños! ¡e-eres el chico que ví en mis sueños!

El de cabellos plateados sonrió ladino inclinándose un poco sobre el sofá mientras apoyaba su brazo en el respaldo en una pose algo sexy. —Vaya, eso es halagador, el chico de tus sueños, ¿eh?

El pelinegro trago grueso cuando su mirada se desvío hacia los musculosos pectorales, sintiendo como el incesante calor subía hasta colorar todo su rostro.
—Esto no es real, debo estar dormido por alguna razón y estoy soñando con... una representación personificada de Legoshi —habló rápidamente cerrando sus ojos con fuerza, caminando de un lado a otro y presionando sus cálidas y un poco rellenas mejillas con sus manos. Chan... Solo le observaba con gracia, conteniendo las ganas de reír.

—Mira- —apenas intentó decir algo cuando ya tenía a Yang recogiendo nuevamente la sombrilla para apuntarle con ella. Apegó los brazos a su pecho y sus orejitas se hicieron hacia atrás, sabía que debía ir lento—, se que esto es extraño y prometo explicarte todo y cada uno de los detalles que me pidas, solo, no te desmayes y por favor- baja la sombrilla —dijo el mayor con tono de voz calmo observado al chico dudar, pensando, hasta que finalmente asintió aún algo desconfiado.
Esto sería entretenido.



***



—...A ver, ¡déjame ver si entendí! —habló pausadamente el chico mientras se daba la vuelta saliendo de la cocina con dos tazas de té humeante en manos. Tendió una al peliplata quien la aceptó con gusto, empezando a calentar sus manos gracias a la calidez de la cerámica— Eres un híbrido... —Chan asintió— lo que significa que te puedes transformar en un animal cuando quieras, y esas orejas y cola no son falsas.

In The Forest 🐺 || ChanIn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora