── ¡No quiero ir! ─ Gritaba un pequeño niño de seis años, con los ojos llorosos y sus manitos echas puños de la impotencia.
── Vamos cariño, debes entrar. ─ La voz de su madre era dulce, con un poco de preocupación en el tono.
El pequeño tenía miedo de adentrarse a ese sitio solo, no quería ir sin su madre o padre, nunca había estado sin ellos, aparte, no le gustaba ver tantas personas en aquel lugar, era aterrador a su tan poca edad.
Su cabello oscuro se movía ligeramente por el temblar de su pequeño cuerpo, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, la rubia lo observó enternecida, debía darle animos para que entrara al aula.
── Tú puedes, eres un niño fuerte, ¿No? ─ Asintió tímidamente, sorbiendo su nariz mientras secaba las lágrimas con una de sus manos. ── Te prometo que cuando salgas vendré a recogerte, y te compraré una galleta, ¿Que te parece? ─ Los ojos del pequeño se iluminaron, haciendo sonreír a su madre.
La mujer se levantó siendo observada por el niño, agachó un poco la mano para que este la tomara alzando su brazo, sonrió nuevamente de forma dulce para darle tranquilidad a su hijo, miró la puerta y empezó a caminar lentamente siendo seguida por él, quien sostenía su mano con fuerza.
Abrió la puerta llamando la atención de los demás niños y la maestra, quién sonrió al verlos entrar, se acercó a los dos y se agachó para quedar a la altura del pequeño, este se escondió detrás de la pierna de su madre.
── Veo que está asustado, ¿Es su primer día, no? ─ Preguntó la docente levantándose y viendo a la rubia.
── Sí señora, es tímido. ─ Ambas mujeres rieron, siendo observadas desde lo bajo por el pelinegro.
── Ven, pequeño. ─ La maestra extendió su mano hacía él, volteó a ver a su madre con dudas, esta le asintió mientras lo jalaba suavemente para que dejara de esconderse y le diera la mano a la otra mujer.
La agarró con dudas y esta lo guío hasta la pizarra. Observó a todos los niños en aquel aula, eran bastantes, tantos que el sentir las miradas encima suyo le hizo volver a temblar; Tenía ganas de llorar.
── Muy bien clase, él es su nuevo compañero, Axozer Álvarez; Tiene seis años, espero que lo traten bien. ─ Sus pequeños oídos retumbaron al escuchar como todos respondían al mismo tiempo "Si maestra". Algunos en un casi grito. ── Toma asiento ahí atrás. ─
La maestra se inclinó levemente señalando el pupitre de al fondo, miró por última vez a su madre quién aún estaba parada al lado de la puerta, esta le sonrió y asintió de nuevo dándole la confianza como para avanzar hacía el lugar.
Sentía como todos lo observaban, eso no le gustaba, se sentía pequeño, más de lo que ya era. Solo es un niño, todo eso le aterrorizaba.
Cuando por fin llegó a su lugar se sentó lentamente agachando la cabeza para no ver a sus ahora compañeros, miró de reojo la puerta, su madre y la docente se despedían entre sí antes de que la rubia saliera del aula, alzó la cabeza rápidamente asustado. Su madre se había ido y ahora estaba solo entre ese montón de personas, iba a llorar, otra vez.
── ¡Hey! ─ Escuchó un susurro cerca suyo, al voltear observó un niño de cabello rubio y ojos verdes, con una pegatina de oso pegada en su mejilla, parecía mayor a él. ── No te asustes, tú madre volverá en unas horas, no llores. ─
El niño le sonrió contangiandolo levemente, aunque aún tenía ganas de estallar en llanto. Volteó su rostro hacía el frente, viendo a la maestra.
Ese día pasó más rápido de lo que esperaba, conoció a unos niños bastante interesantes, el rubio que le habló en clase, Rubén, un castaño de lentes que tenía una risa bastante divertida, Juan, y una niña de pelo castaño y ojos verdes brillantes que decía ser una sirena, Nia.
Aunque no todos fueron tan amigables. Unos niños, molestos y tontos, le estuvieron jodiendo todo el recreo haciéndole llorar, le tiraron arena al rostro y el robaron un dulce, sus nuevos amigos lo defendieron, pero de todos modos estuvo llorando por un buen rato.
Recordaba su apariencia perfectamente; Uno era castaño oscuro de ojos verdes y unos raros lentes que mantenía siempre en su cabeza, un niño castaño más claro con un montón de pegatinas naranjas y verdes en su rostro, y el último, era castaño, con ojos rojos como sangre y una sonrisa molesta, recordaba haber escuchado como uno de sus amigos lo llamaba "Karchez".
Aquél niño era irritante, en clase parecía ser el mejor y en el recreo molestaba a todos porqué le daba la gana, aunque había tomado una especie de manía hacía él, por ser el más "llorón".
Definitivamente lo odiaba.
"Foreword" significa "Prefacio", qué es un sinónimo de "Prólogo" o "Introducción", por si no entendieron el título.
Traté de corregir casi todo, si hay alguna falta de ortografía o incoherencia escribanlo en comentarios, porfa.
─ LiaAam.
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⊹ Alphabet Boy┇TORTILLALAND ⊹
FanficSe conocen desde niños, vivieron tanto juntos pero nunca pudieron llevarse bien. Quien diría que terminarían así. ── 𝘒𝘢𝘳𝘻𝘦𝘳.