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Había pasado aproximadamente una semana desde aquella declaración por parte del castaño hacía él, estuvo pensando por esos días en lo que le diría o si era buena aceptar sus sentimientos. Decidió no contarles a sus amigos sobre todo lo sucedido, aunque bueno, estaba seguro que esos chismosos compulsivos ya sabían todo lo que debían saber.
Ese especial sábado en la tarde mientras estaba sentado en el borde de su cama pensando de nuevo en todo lo que había sucedido a lo largo de la semana el sonido de su teléfono vibrando le llamó la atención, lo observó sobre la mesita de noche y lo agarró curioso observando la pantalla encendida.
Vió varios mensajes y notificaciones en la pantalla de bloqueo, borró algunos hasta que el primer mensaje le interesó más, desbloqueó su celular entrando al chat para leer el mensaje completo.
─ Juancho: Axo! Vamos al cine en un rato, quieres venir?? [02:34pm]
Hizo una mueca de duda mientras agarraba el celular con las dos manos para escribir algo. No tenía ganas de salir, aunque fuera un lindo día no sentía muchos animos como para ir al cine esa tarde.
─ Tú: Hoy no voy, quizás otro día, pásenla bien! [02:51pm]
Apagó su teléfono dejándolo en la cama mientras observaba la puerta de su habitación, volteó un poco la vista hacía la mesita de al lado, una rosa negra puesta en un jarrón de vidrio con agua destacaba entre todas las cosas, sonrió levemente y cerró los ojos dejándose caer en la cama de nuevo.
Los rayos de sol entraban por su ventana cayendo en su rostro con los ojos aún cerrados, se perdió en su imaginación y sus recuerdos por unos instantes; Volvió a aquella noche de esa dichosa fiesta hace meses, sentía que estaba viviendo de nuevo ese momento. Esta vez el castaño se acercó a su rostro y al volver a rozar sus labios el más bajo fué quien terminó por acortar la distancia besándolo. Justo como no pudo hacer la vez original.
Después apareció de nuevo en esa tarde de vacaciones en la feria, sentado al lado del más alto justo antes de que se fuera, antes de que le diera aquel preciado anillo. Al levantarse y acercarle la sortija sonrió amablemente agarrándolo mientras la agradecía, el castaño hizo lo mismo, dando la vuelta y empezando a caminar. Observó el anillo de nuevo, esta vez pudo leer aquella frase, pero era mucho más corta y entendible.
"I love you".
Viajó rápidamente dos años atrás, sostenía una manzana en su mano con una mordida en la parte del costado, escuchó la rama de un árbol moverse y volteó a ver a su derecha, observando a un más pequeño Karchez, mordiendo otra manzana para luego contarle sus problemas familiares; Se acercó a él una vez terminó de hablar y le dió un abrazo.
El sonido de un coche le hizo abrir los ojos con rapidez, se levantó de la cama observando por la ventana la calle de abajo, ahí estaba Rubius, despidiéndose de sus amigos para luego entrar a su casa.