── ¡Suéltame! ─ Ordenó enojado, sintiendo como su gorro era jalado con fuerza hacia atrás.
De nuevo, otra pelea diaria con aquel insoportable castaño seguía.
── ¡Llora! ─ Esa repuesta solo lo hizo enojar aún más. Se dió vuelta como pudo empujando al chico para que dejara de agarrar su gorro.
Empezaron los gritos de nuevo, esta vez solo estaban ellos dos en aquel lugar, así que nadie los podía detener ahora. Sintió otro fuerte empujón que hizo que caiga a un colchón suave rebotando levemente, lo miró enojado mientras apretaba las sabanas.
Así es, estaban en la habitación del más alto. Sus padres al parecer se volvieron amigos de los de aquel molesto chico, los habían invitado a una comida con ellos a lo que aceptaron, Axo al apenas llegar y ser recibido, para su sorpresa, por el castaño supo que ese día no iría bien.
── ¡Madura idiota, tienes doce años! ─ Gritó, este rodó los ojos sonriendo después.
── ¿Y a mi qué? Tú igual y eres un llorón. ─ Apretó los dientes y los puños, estuvo a nada de levantarse para golpearlo hasta que la puerta se abrió dejando paso a una mujer, la madre de Karchez.
── Niños, bajen a comer. ─ Ambos se miraron entre sí discretamente y respondieron con un simple "Ya vamos", al parecer la madre no se dió cuenta de su anterior pelea.
El pelinegro se paró rápidamente una vez la puerta se cerró de nuevo, el chico lo volteó a ver con una sonrisa que ya conocía, frunció el ceño y abrió un poco la boca intentando hablar, pero fué rápidamente interrumpido.
── ¡A ver si me alcanzas, llorón! ─ Salió corriendo fuera de la habitación, este reaccionó en unos segundos y lo siguió rápidamente.
── ¡Rata tramposa! ─ Gritó bajando las escaleras con rapidez, el castaño paró una vez abajo enfrente de la puerta hacía el comedor.
── ¡Deja de decirme rata! ─ Ordenó indignado.
── ¡Rata! ─
── ¡Llorón! ─
Empezó de nuevo otra pelea por sus "apodos" puestos por el otro, por suerte esta vez no hubieron golpes o empujones, aunque siempre eran leves, nunca llegaban a dejarse heridas como la primera vez.
La presencia de una persona mucho más alta a ellos les hizo parar, era su padre, quien los miraba divertido por la situación.
── ¿Por qué tanto alboroto? ─ Los chicos se voltearon levemente poniéndose de frente al adulto.
── Por nada, papá. ─ Respondió el pelinegro, mirando de reojo al otro.
El adulto río desordenando el cabello de ambos, pasó a su lado abriendo la puerta y saludando a los otros, los chicos se miraron entre sí frunciendo levemente el ceño y luego entraron, empujandose en el camino, para luego sentarse en sus respectivas sillas.
Estaban uno al lado del otro, Karchez le dió una leve patada llamando su atención, de nuevo estaba molestandolo, le devolvió el golpe un poco más fuerte, y así siguieron hasta que sus padres los regañaron por no comportarse.
Pasó aproximadamente media hora, los adultos reían y hablaban entre sí, sus hijos por su parte comían en silencio escuchan la conversación, molestandose mutuamente la mayor parte del tiempo.
── Mi esposo y yo nos separamos por un tiempo, pero pudimos reconciliarnos y ahora somos una feliz pareja. ─ Decía la mujer con una sonrisa, su marido asentía también con una expresión feliz, los otros dos adultos los "felicitaban" por su amor.
Axo los escuchaba atentamente hasta que se percató de que los golpecitos debajo de la mesa pararon, volteó a ver al castaño confundido, este parecía estar jugando con su comida aburrido, tenía el ceño levemente fruncido. No le había agradado ese tema de la conversación.
La comida terminó y los adultos les ordenaron ir a jugar afuera mientras ellos seguían hablando, ambos accedieron no muy convencidos de si irían a jugar o pelear pero igual salieron al patio juntos.
El pelinegro se esperaba un empujón, insulto o cualquier cosa para molestarlo por parte del más alto al salir, pero nada llegó, simplemente silencio.
Lo observó caminar con las manos en los bolsillos de su pantalón, de repente pararon, habían llegado hasta un pequeño árbol con frutos de manzana, el chico alzó el brazo dando un pequeño salto y agarró una, lo miraba atentamente, sorprendiendose al ver como le extendía la fruta.
── Toma. ─ Dijo el castaño, alternó la vista del chico a la fruta por unos segundos, hasta que la aceptó con dudas, ¿Estaría envenenada?
── Gracias. ─ Susurró dándole un mordisco, estaba bastante buena. El chico asintió, desviando la mirada.
El silencio volvió, no era incómodo pero si confuso para el más bajo, de repente podía estar al lado del castaño sin recibir un golpe, en cambio había recibido una manzana, eso era algo nuevo y diría que hasta bueno.
── ¿Estás bien? ─ Se dignó a preguntar, sintiendo esos ojos rojizos encima suyo.
── Es raro que me preguntes eso. ─ Lo miró con ironía alzando una ceja.
Pasaron unos segundos en silencio de nuevo, el castaño tenía la mirada perdida, observando otra manzana, dió otro saltito y la agarró, dándole un mordisco.
── Estoy bien, solo me molesta cuando mis padres hablan de su estúpido divorcio, como si fuera algo bueno. ─ Respondió con un tono un poco arisco, el pelinegro lo observó asombrado, no esperaba que se abriera tan fácilmente con él, después de todo eran literalmente rivales.
Estuvieron hablando un rato, y sí, hablando; El castaño le explicó como había pasado todo cuando apenas tenía seis años, el mismo año en donde se conocieron.
A la hora de irse el pelinegro se despidió con una sonrisa antes de entrar al auto con sus padres, el castaño le devolvió la sonrisa más leve alzando la mano en forma de despedida. Algo cambió ese día, pero definitivamente no fué su rutina.
Al día siguiente ambos se llevaron un regaño por pelear en los pasillos de la escuela.
Aclaración; Carola y Cristinini son los padres de Kar, creo que entienden lo del divorcio.
Segunda aclaración; Ambos tienen la misma edad, si acaso Karchez es mayor por meses, ya que cumple antes.
Si hay alguna falta de ortografía o incoherencia escribanlo en comentarios, porfa.
─ LiaAam.
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⊹ Alphabet Boy┇TORTILLALAND ⊹
FanficSe conocen desde niños, vivieron tanto juntos pero nunca pudieron llevarse bien. Quien diría que terminarían así. ── 𝘒𝘢𝘳𝘻𝘦𝘳.