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Un nuevo día de estudio empezaba ese lunes en la mañana, se encontraba en la cafetería de la escuela comprando algunos dulces junto a sus amigos, estos reían haciendo bromas malas a cada instante.
── ¡Fargan, deja de comerte todo! ─ Regañó Ari al castaño, quien la ignoraba completamente agarrando dos golosinas más.
── ¡Pero déjanos algo idiota! ─ Reclamaba el de lentes empezando una mini pelea con el mayor, una que hizo reír al resto.
El pelinegro, ahora bicolor, reía junto a ellos observando su pelea por un montón de dulces que, de hecho, él había comprado y sus demás amigos le estaban robando, aunque no le importaba mucho, pues tampoco era de comer tanto azúcar, simplemente lo hacía por los demás.
Su vista se desvío rápidamente hacía una persona que paseaba por el lugar dirigiéndose hacía la tienda de la cafetería junto a sus amigos, como siempre; Su sonrisa desapareció lentamente mientras lo observaba embobado caminar hablando con los otros dos castaños, aunque él ahora tenía las puntas del cabello teñidas de blanco.
Se tensó rápidamente al cruzar miradas por un corto tiempo con aquel chico, miró hacía otro lado disimulando lo mejor que podía. Desde la última vez que se vieron hace unos menos no habían hablado, el ahora bicolor no tenía el coraje de preguntarle el porqué lo había intentado besar, al igual que el castaño tampoco tenía el valor de responderle.
La razón era obvia, pero se negaban a aceptarlo.
Sus amigos lo observaron confundidos al ver como se escondía con los brazos mientras los colores se le subían a la cabeza, el de lentes observó el lugar buscando la razón de su rara forma de actuar, sorprendiendose al encontrar a Karchez en el mismo estado, comprendiendo rápidamente lo que sucedía.
── Uy... Creo que al niño le gusta alguien. ─ El bicolor lo volteó a ver sorprendido y enojado, sentandose bien en su asiento.
── ¿Eso es cierto, Axo? ─ Preguntó la castaña de puntas rosas, Nia, con una expresión curiosa.
De pronto todos posaron su atención en él olvidando totalmente los dulces por los que estaban peleando hace unos instantes, eso lo puso aún más nervioso.
── Claro que no, Juan que es una vieja chismosa ─ El castaño hizo una pose de indignación, haciendo reír a algunos.
── ¡Ajá, como si no supiera que te gusta Karchez! ─ Todos soltaron un aire de sorpresa viéndolo con aún más curiosidad, él empezó a jugar con sus dedos por debajo de la mesa.
Una pequeña pelea empezó entre el bicolor y el castaño, este le reclamaba que sabía "su sucio secreto" mientras él lo negaba rotundamente, por dentro sabía que lo decía más para si mismo que para el de lentes. No quería aceptarlo, no estaba listo para hacerlo.
