Obsession - Lectora x Sanzu (Yandere & Toxic)

11 - FINAL

-"Te ves pensativo últimamente" golpeaste su frente con la palma de tu mano "Qué tienes en esa mente distoricionada tuya?"

-"Estoy furioso"

-"Golpea una pared, se te va a pasar y vas a tener una fractura en tu mano de la cual preocuparte"

Te tomo desprevenida cuando sujetó tus mejillas y empezó a apretarlas.

-"Eres tan linda... Tan despreocupada de todo lo que te rodea... Las cosas realmente te molestan o sólo reaccionas con violencia porque es lo único que conoces?"

-"El golpe que te voy a dar en la cara te va a dar la respuesta si no me sueltas ahora mismo"

-"Quiero que escuches algo, con atención, si?"

Alzaste una ceja mirandolo confundida por sus palabras.

-"Algún día me iré sin decir nada, no me busques ni te preocupes por mi... Entendido?"

-"Como si te fuese a buscar" lo empujaste haciendo que te suelte "Tú eres el que va a volver a mi"

Río levemente mirándote.

-"Es lo más probable. Pero pensé que te ibas a preocupar por mi al menos un poco si te decía eso~"

-"Estas loco"

-"Y así me quieres~"

Incluso luego del golpe que le diste siguió riendo y queriendo abrazarte.

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Poco tiempo después de esa conversación que tuviste con Sanzu, no lo volviste a encontrar nunca más.

Pero no tenías tiempo de preocuparte por él y buscarlo.

Volverá.

Era lo que pensabas, por mientras, debías continuar con lo que tenías en mente.

Una vez terminaste la preparatoria, teniendo 17 años, cuando volviste a casa, estuviste lista para hacer tu gran acto.

Tomaste un cuchillo de la cocina, y amenzanaste a tu padre con este.

-"Me voy a librar de ti, maldito explotador"

Fueron tus palabras antes de empezar a apuñalarlo, tu madre se interpuso ebtre gritos desesperados rogando que lo dejes, saliendo herida de allí, con un corte en su mano y rostro.

Ella tenía miedo, y lo único que pudo hacer fue llamar a la Policía mientras seguiste apuñalando repetidas veces al sujeto, con completa ira.

30 apuñaladas fueron las que pudiste darle, a veces con dificultad al momento de sacar el cuchillo de su torso, cuando los policías te separaron del cuerpo.

No te molestaba la idea de ser encerrada, sólo querias librarte finalmente de esa horrible gente que llamabas familia.

Ahora en tu pequeña celda, te sentías más libre que antes.

Aunque tuviste que distorcionar un poco tu memoria para que te dejaran salir de allí, realmente creyendote las mentiras que te decías a ti misma.

Que todo era normal, que eras alguien buena y tranquila, y que siempre lo serás, que no tuviste amistades extrañas o que estuviste con malas influencias, que no tenías ningún trauma.

Todos tus recuerdos se fueron retorciendo poco a poco, algunos no pudiendo cambiar de tu memoria, pero podías seguir mintiendo respecto a esos.

Años después fue cuando pudiste salir finalmente de aquel lugar.

Supiste reintegrarte rápidamente en la sociedad, tener un trabajo, un hogar. Eras otro tipo de persona.

Y algo te faltaba...

Algo que no tardó en llegar a ti de nuevo.

El muchacho que siempre tuvo... Una pequeña obsesión contigo.