Final: 25 De Diciembre

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Era de mañana y la enfermera que lo atendía le puso el desayuno en la cama, se sintió algo raro, pero le restó importancia cuando le preguntó sobre su padre y ésta le dijo que seguía dormido, así que se dedicó a desayunar e ir al baño a lavarse la cara, se alivió de que su ojo estuviera mucho mejor, sólo había un rastro rojo, prueba de que los analgésicos sirvieron; luego se cambió de ropa, pensando que era una suerte que él no tuviera que usar una bata clínica como su padre, que hablando de él, escuchaba sus quejidos desde su cuarto, así que fue a investigar lo que pasaba.

Resultaba que éste se estaba resistiendo a que le suministren otros medicamentos además del suero, eso no le extrañó para nada.

- Papá.

- ¡No, Bon! ¡No quiero esas drogas en mí!- Se rehusó viendo al nombrado, pero luego por el rabillo de su ojo amenazó a la enfermera con una dura expresión, lo que la asustó e hizo retroceder- Sólo quieren sedarme para controlar mi mente ¡Y matarme cuando ellos quieran!

Puso los ojos en blanco- No van a matarte, pero si hará falta sedarte si sigues así de agresivo- Se sentó en la silla a lado de la camilla- Es sólo una medicina, que no te dé miedo- Se encogió de hombros, pero saltó en su asiento cuando le levantaron la voz.

- ¡Yo no tengo miedo!- Gritó con un puño cerrado y al percatarse de eso, miró a la enfermera que estaba algo atónita sin saber qué pensar. Johan resopló y extendió su mano duramente- Dame esa cosa- Con titubeo la joven mujer le dio el vasito con la suspensión y el hombre se lo tragó en un segundo. Bon sonrió gustoso de que cediera sin necesidad de alargar una discusión que no tenía sentido.

- ¿Vez?- Le dio unas palmaditas en la espalda- No fue tan malo, ¿Verdad?- Rió entre dientes y el contrario gruñó.

- Cállate y tráeme algo de comer.

El desayuno de su padre fue servido y se quedó con él mientras otras dos enfermeras atendían su brazo, las había convencido de que lo hicieran mientras él acompañaba al mayor, que se mantuvo a raya todo ese rato que pasaron quitándole el yeso, o masomenos, de vez en cuando se sacaba de quicio, pero se recuperaba fácilmente.

Tuvo que dejarlo para que le hicieran una radiografía a su brazo y tras unos minutos de espera, le dijeron que a pesar de que estuvo en las calles por un tiempo, parecía que no repercutió en nada en su recuperación y que tal vez en menos de dos meses ya no haría falta el yeso; regresó al cuarto de su padre y ahí mismo le empezaron a hacer su nuevo yeso; eso podía demorar una media hora, pero para que secara requeriría una o dos horas a lo mucho, así que le quedaría una larga espera ahí sentado a lado de su gruñón papá. Por suerte aún era de mañana.

- ¿Para qué quieres conservar esa cosa? Está del asco- Hizo una mueca viendo el antiguo pedazo de yeso cortado, sucio y llenó de palabras ilegibles sobre la mesa de noche.

El menor lo vio unos segundos. Tenía razón, pero aún así quería conservarlo- Será un recuerdo, además...- Recordó vagamente a la fémina loca de aquel día y sonrió- Tengo la firma de alguien ahí, no lo voy despreciar.

- Agh, como quieras- Se rindió no muy de acuerdo, no entendía el sentimentalismo de ese niño, pero bueno, tenía que aceptar que esa parte de él fue lo que les salvó- ¿Van a venir tus amigos?- Cambió de tema y su respectiva pregunta hizo pensar al chico, que bajó la cabeza pensativo.

- Eh... No lo creo, no dijeron nada de volver hoy- Si así fuera lo recordaría, y aunque era algo triste porque era una fecha relativamente especial, no le molestaba en absoluto, comprendía si sus amigos ya tenían otros planes.

Te Perdí... [Bon×Bonnie] [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora