Tres: Irrumpir

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- ¿Entonces el juguetito se va a mudar?- Soltó algo sorprendido, ya que cuando le cuestionó a Bonnie sobre el porqué todo el día estuvo desanimado e impaciente, no se esperaba eso. Bonnie asintió siendo seguido por el pelirrojo que no sabía a dónde iban, pues habían acabado las clases y sólo fue con él para que le contara lo sucedido- Ya veo... Por cierto, ¿A dónde vas?

- A su salón de ensayo- Declaró directo- Iré a comprobar si sí vino o no.

Llevó sus manos detrás de su cabeza- ¿Y qué si no lo hizo?

- Si no lo hizo significa que...- Bajó un poco la cabeza sin expresión. No quería acabar la oración y de hecho no pudo debido a alguien más.

- ¡Agsh! ¡Odio esto! ¡¿Cómo que este contacto no existe?!- Se escuchó la voz de la albina viniendo del próximo salón- Seguro me lo dio mal, ¡VOY A MATARLO!- Apenas ese día se le ocurrió llamar al número de casa del peliturquesa, (jamás lo había hecho hasta ahora y era una alternativa, ya que no contestaba a su teléfono personal) y vaya rabia le causaba comprobar que a fin de cuentas estaba mal redactado, tanta que estuvo a punto de tirar su celular por la ventana si no fuera por su amiga.

- No te alteres, Meg- Controló la situación tocando gentilmente su hombro. Con la otra mano sacó su propio celular- Yo te lo paso- Empezó a buscar dónde tenía aquel número- Y de todas formas aún podemos ir a su casa y ver cómo está...- Se detuvo y miró de reojo a otro lado- O si sigue ahí- No le gustaba decir eso, pero por desgracia era una opción muy probable.

- ¿Entonces no vino?- Ambas se asustaron al momento de oír esa voz salir de la nada. Qué silencioso, ninguna se percató de su presencia hasta que habló.

- Hola, Bonnie- Saludó la ligeramente más alta- Y no, lo siento.

- ¿Irán a su casa?- Preguntó interesado, Mangle suspiró.

- Pues sí, no queda de otra- Guardó su teléfono, cosa que la contraria imitó. Las palabras dichas hicieron a Bonnie sonreír.

- ¡Nosotros también vamos!

- ¡¿Nosotros?!- Preguntó Foxy dándose a ver (antes estaba oculto tras la pared).

- ¡No! ¡Él no!- Se negó rotundamente la más baja del grupo una vez reconoció perfectamente a ese chico extra.

- ¿Por qué no?- Se encogió de hombros el pelimorado- Puede hacer de guardaespaldas y poste telefónico para emergencias.

- ¡Dije que no!

Tres segundos después los cuatro se estaban dirigiendo a la casa del peliturquesa. Ninguno decía nada, y lo pero es que el silencio era complementado por aquel barrio que era callado a otro nivel. Lo único a destacar sería que Joy traía colgada la funda de guitarra que Bon dejó el día que se fue corriendo con su padre de la escuela. Iba a entregárselo de una vez por todas si es que tenía la oportunidad.

Bonnie se extrañó cuando vio por primera vez esa morada nada pintoresca. No se esperaba que el hogar de su amigo fuese así de casual y descuidado. No encajaba nada con su personalidad.

- Pues... Ya estamos- Dijo Meg acercándose, más rodeó el pórticoy Joy la siguió sin problema; los últimos dos se confundieron.

- ¿Qué no la entrada es esa?- Preguntó Foxy señalando a la puerta principal, Meg lo vio con su típico semblante serio.

- No, si tocamos y resulta que el padre de Bon está, nos jodemos todos- Siguió a pasos firmes y la ojiazul se tardó un poco para mirarlos.

Te Perdí... [Bon×Bonnie] [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora