Te Perdí... [Bon×Bonnie] [COMPLETADA]

Catorce: La Espera Acabó

- Ay, al fin llegamos- Suspiró el rubio mientras se quitaba el gorro, ya que entre todos los presentes, él fue quien caminó más y a consecuencia de eso se encontraba algo acalorado.

- Espero que no tengamos que... ¡Bonnie deja de tocar el timbre!- Apartó al nombrado agarrándolo de la sudadera, ya había tocado máximo unas ocho veces a la puerta y si no hubiera intervenido seguiría haciéndolo.

- ¡Pero él está aquí!- Gritó aún asombrado de lo que estaba ocurriendo.

- Algo me dice que no es así...- Todos miraron a la rubia que estaba expectante de su celular hasta que sintió la atención de todos sobre sí. Alzó las manos y sonrió nerviosa- ¡Ay! Perdón, quise decir alguien- Enseñó la pantalla y la señaló- Toddy ya viene a abrirnos.

En cuestión de cinco segundos la puerta fue abierta, dejando ver a la pelirroja una vez más.

- Se tardaron mucho, Bon dijo que vendrían, ¡Pero cielos! Llevo aguardando desde la mañana- Mangle se acercó de brazos cruzados.

- ¿Él está aquí?

Se miró las uñas, asegurándose de que su recién barnizado hubiera quedado bien- No... Se fue hace horas.

- ¿A donde?- Su tono no bajaba del firme y duro que siempre portaba Mangle, pero si a alguien no podía intimidar con eso, esa era a Toddy.

Puso su mano en una de sus caderas y la otra la apoyó en la puerta- A un hospital.

- ¡¿Un hospital?!- Preguntaron exaltados los tres más cercanos al peliturquesa. La morena hizo una mueca tras el ruido.

- Uuuy, no es para tanto- Se adentró a su mansión y luego de dar unos pasos, volteó al grupo que se mantenía inmóvil fuera- Bueno, ¡¿A qué esperan?! ¿No lo quieren ver? Entren... ¡Y no pisen la alfombra! Que seguro tienen sus feos zapatos todos sucios- Siguió caminando y Meg fue la primera que se atrevió a seguirla, los demás imitaron la acción- Me tomé la "molestia"- Hizo las comillas con las manos- de preparar una limo para que nos llevaran. Hace poco mi papá me mandó el lugar donde están, pero claro, osea, si tardaban más me iba ir yo sola, qué impuntuales son.

Entraron a un estacionamiento con un montón de autos clásicos y también algunas limosinas. En la que irían estaba fuera de su puesto, siendo encendida nada más el chofer los vio a lo lejos, y un mayordomo que aguardaba fuera abrió una de las tres puertas (la segunda para ser claros)

- Está un poco lejos, así que no me vallan a estresar con pláticas de pobres, por favor- Se metió sentándose y miró a los otros- La parte para indigentes es atrás- Ella misma cerró la puerta, arrebatándosela al mayordomo que ahora abrió la tercera puerta.

Las chicas fueron las primeras en entrar, luego Spring, Bonnie, y Foxy sacó un billete para ponerlo en el bolsillo del saco de aquel hombre del cual se había compadecido... ¿?

- Tenga buen día- Palmó unas cuantas veces el hombro del mayor y se metió. La puerta fue cerrada después de eso y emprendieron marcha.

El compartimiento donde estaban los cinco era lo suficiente grande para seis personas, tres de cada lado, por lo que sobraba un lugar entre Foxy y Bonnie. En el extremo opuesto a la puerta había un pequeño mueble que al abrir tenía dulces, ésto lo descubrió el de piel clara, que curioseaba el entorno.

- ¿Ahora qué haces, Bonnie?- Preguntó ya algo cansado. Estar con el bajito era igual a cuidar a un niño de 9 años.

Éste lo miró echándose un puño de gomitas a la boca de una bolsa que encontró- No he comido y... ¡Estoy nervioso!- Miró a otro lado sin dejar de comerse los dulces. Se escuchó un suspiro de la albina.