Dos: Entrada Al Caos

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Estaba cómodo en ese abrazo. Agradecía compartir ese momento con sus mejores amigas. Aquellas que lo habían acompañado por más de cinco años... No sabía exactamente cuándo se iría, pero lo más seguro es que esa vez sería su última presentación juntos en mucho tiempo. Supuso que aún tendría las dos semanas restantes de clases para pasarla juntos, así que la tristeza no debía invadirlo aún, pero claro, no le podía decir lo contrario a Joy. El pensamiento le dio gracia.

Towntrap estaba hablando eufórico, pero no puso atención, ya que perdió su mirada en alguien en el público. Le hubiera encantado que ese alguien fuera su preciado Bonnie, pero desgraciadamente no.

Su padre caminaba a pasos duros; pasando por entre la gente sin cuidado y acercándose cada vez más al escenario. Tuvo cierto temor.

- Bon...- Lo llamó Meg y este asintió.

- Lo sé- Tomó aire. No le iría bonito al volver a casa- Las llamaré en cuanto pueda.

- Cuidate...- Dijo Joy preocupada, y luego de ofrecerle una sonrisa, corrió de la plataforma por el lado opuesto al que entraron. Lo mejor era alcanzar a su viejo antes de que él mismo lo bajara a patadas o algo así, ni tiempo de ir por su estuche le daría.

[...]

4 días antes.

¡Tú mismo sugeriste cambiar los ensayos en la mañana! ¡¿Y aún así llegas tarde?!- Le gritó molesta la de ojo ámbar, y como fue costumbre, Bon se disculpaba nervioso.

- L-lo siento, no pasará otra vez, lo juro- Puso su mano en su pecho, pensando en poner tres alarmas extra esa noche para despertar a tiempo, y es que ensayar en la mañana significaba llegar una hora antes de empezar las clases, así que sí, debía despertarse a las 4 am para llegar a tiempo, cosa muy difícil para él.

- Mas te vale- Amenazó cruzándose de brazos y lo dejó prepararse rápido- Y ahora si me explicas el motivo de cambiar el horario a última hora.

- ¿Es por tu papá?- Preguntó Joy al sospechar, cosa que dejó al peliturquesa callado al principio hasta que asintió.

- En serio lo siento- Volvió a disculparse avergonzado. Le dio algo de incomodidad que después de su afirmación, no recibió otra pregunta o regaño. No le gustaba la tensión que dejaba ese tema cada que salía a la luz.

(...)

Nada más acabaron las clases, se fue corriendo a su casa, debía llegar lo antes posible si no quería problemas. Últimamente su progenitor estaba tan raro, se enfadaba por cualquier cosa, y una de ellas era no tener la comida lista al momento de despertar (cosa que notó la semana pasada).

Nada más entró (con mucho silencio) fue a la cocina, pasando del adulto roncando en el sofá. Haría algo simple: arroz rojo con lomo y salsa picante encima. Cosa fácil para sus escasos pero expertos 16 años.

Tardó masomenos 35 minutos en hacerlo y miró el reloj que marcaba las 2:47. No le daría tiempo de comer algo, debía correr al parque para su práctica con Bonnie, así que sirvió en un plato grande la comida y la dejó en la mesa baja que estaba delante del sofá. Ya no sabría a qué hora abriría los ojos, pero le daba igual si se enfriaba su almuerzo, al macho durmiente no le importaba comer sus preparaciones frías.

Te Perdí... [Bon×Bonnie] [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora