MI JUEGO

Capítulo 13

//Blake

Busco un ordenador de respaldo que tengo en los asientos traseros y comienzo a introducir varios códigos que me dan el acceso al computador del presidente, detecto con rapidez el servidor externo y comienzo a rastrear de dónde viene, tengo poco tiempo, puede darse cuenta de mi presencia y puede desconectarse en cualquier momento.

"Juguemos un juego... ¿Te atreves?"

Aquella pregunta estúpida que hace, me hace soltar un bufido. Me toma varios segundos localizar su ubicación y cuando lo hago, ordeno al comandante en jefe del ejército que se dirija con el resto de soldados hacia la dirección que les he mandado. Dejo el ordenador en el asiento del copiloto y enseguida tomo la ropa de repuesto que he traído. Me quito la camisa y me coloco el chaleco especial antibalas, me coloco otra camisa para luego colocarme unos guantes. Me quito los pantalones como puedo y me coloco otros que me dan la movilidad que necesito a la hora de pelear. Por último, me pongo las botas y de inmediato comienzo a conducir hasta aquella dirección.

Estoy malditamente lejos, y los semáforos en rojo me impiden llegar con rapidez. Mando todo a la mierda y comienzo a saltarme los semáforos, causo algunos accidentes de tráfico y sin importarme, acelero. Me toma cuarenta minutos llegar hasta mi destino y me quedo varias cuadras atrás, el ejército ya ha llegado y sé que ella tratará de escapar. Comienzo a rodear la zona, buscando algo que me diga dónde la puedo hallar.

—Vamos..., muéstrate cariño...

De reojo logro visualizar su imagen corriendo con velocidad por la acera, doy marcha atrás y comienzo a perseguirla. Su cabello ahora es negro, otra peluca más. Ella nota mi presencia en el coche y se mete en un callejón por el cual el coche no pasa. Me detengo bruscamente y salgo del coche comenzando a correr en su dirección. Veo como saca algo de su bolsillo y lo lanza al suelo, la bomba de humo explota y sigo corriendo.

Pierdo su rastro al salir del callejón y miro hacia todos lados buscándola, hay varias cafeterías con gente fuera, sin embargo, logro darme cuenta que dos mujeres cuchichean y señalan en dirección a una casa abandonada. La puerta de aquella casa está abierta. Corro inmediatamente hacia allí y me adentro, hay varios indigentes durmiendo en el suelo, me adentro más y reviso cada parte de la casa sin encontrar algo que me indique que está aquí.

De repente, mis reflejos actúan demasiado lento y aquella mujer salta del techo, proporcionándome una patada en el rostro, pierdo el equilibrio y caigo al suelo, observo el techo dándome cuenta de las barras de madera en las que ella se ha escondido como araña.

Me levanto con rapidez y logro pegarle en el vientre. De su bolsillo saca un arma e intenta dispararme, sin embargo, estoy lo suficientemente cerca como para arrebatarle el arma.

—Me tienes harto.

Se encoge de hombros y me golpea en el rostro, comienza a correr y yo la persigo, la casa no es lo suficientemente grande así que ella sale al jardín. Saco mi arma dispuesto a apuntarle a la cabeza, sin embargo, su agilidad me sorprende y comienza a correr hacía mí, disparo unas cuantas veces y...

¡¿Qué mierda?!

No tiene balas.

Gruño de impotencia y golpeo su cabeza con el mango de la pistola, logrando que caiga al suelo, saco un arma y me doy cuenta de que Hendrik ha puesto un taser en mi pantalón. Ella se sujeta la cabeza y escucho algunos gemidos de su parte, tenso mi mandíbula y sin esperar a nada, la inmovilizo con el taser dándole una gran descarga eléctrica.

Retuerce sus manos y se queda quieta para mí, esbozo una sonrisa y me arrodillo colocando mis piernas a cada lado de su cadera. Observo su máscara y aprieto su cuello con fuerza.

—Eres tan inofensiva en este momento, y tan misteriosa y peligrosa ante el mundo. Llegó la hora de perder ese misterio para mí.

Emite un gimoteo y veo como intenta moverse, le doy otra descarga dejándola inmóvil otra vez mientras escucho como chilla. Toco su máscara con mis guantes y lentamente comienzo a quitarle la estúpida máscara...

//Annika

El dolor recorre todo mi cuerpo, está encima de mí, con su mano en mi cuello, quitándome el aire con cada segundo que pasa. Mi corazón late de manera rápida, sus ojos claros me transmiten poder y enojo. Siento como la tela de sus guantes comienza a rozar la piel de mi mandíbula.

Lo va a hacer.

Y me emociona y me aterroriza que lo haga, sentir que tiene poder sobre mí justo ahora, me excita y me enoja. Su mano en mi cuello le da más poder. El hecho de que me haya inmovilizado y esté a su alcance me vuelve loca.

Esto es malo, y muy malo.

Sin embargo, algo que no esperaba, sucede. De repente, uno de las personas que viven aquí, golpea en la cabeza con un palo de madera a Blake dejándolo inconsciente. Me sorprendo y la persona se arrodilla sonriente, aún no puedo moverme y sigo temblando. Poco a poco logro moverme y me levanto del suelo adolorida y temblando.

—Gracias —musito.

—Espero que usted sea "Identidad Desconocida" —bromea el hombre.

Me encojo de hombros y busco en mi bolsillo algo, encuentro mi anillo de oro y lo reviso.

—Cámbielo y tome el dinero.

—¡Muchas gracias! —sonríe alegremente—, es mejor que se marche antes de que ese hombre se despierte.

Asiento y vuelvo a mirar a Blake. Doy un paso hacia él y sonrío. Puedo asesinarlo, puedo librarme de él, está en mi poder justo ahora. Sin embargo, mi vida ha sido muy aburrida últimamente, la adrenalina que él me proporciona me gusta, así que no lo mataré.

Corro saliendo de aquella casa y me dirijo lejos. Encuentro una cafetería vacía y definitivamente entro, hay un chico en la barra, me mira sorprendido y con una seña, le indico que haga silencio. El hombre asiente y me acerco a la barra.

—¿Cómo te llamas?

—Juanjo...

—Bien, Juanjo, necesito que me prestes el baño.

Asiente y señala una puerta, sin dudarlo comienzo a caminar y me encierro. Comienzo a quitarme la ropa y me quito la máscara, me miro al espejo y sonrío. Volver a ver a Blake Meyer me gusta.

Blake Meyer. Espero que me siga encontrando... porque si no lo hace, lo encontraré yo.