UNO

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Tont


Aquí en Klaksvík, los días duran poco más de trece horas, el sol suele salir a las seis y media y se esconde alrededor de las ocho y veintitantas de la noche. Aunque las islas son pequeñas, las distancias son increíblemente largas y los transportes públicos pasan con poca frecuencia. Es mucho mejor manejarse con autos por los grandes túneles subterráneos entre las montañas, algunas carreteras son muy estrechas, pero sin dudas el paisaje es pintoresco.

Los techos de las casas son de grama, muy bonitos, verdes y llenos de vida. En sus inicios, las casas se construían así con el único fin de protección contra los climas lluviosos, que aquí son muy comunes, y como aislamiento térmico, pero se han convertido con el pasar del tiempo, en un símbolo característico de estas islas porque lo moderno también ha llegado y los techos y casas son casi los mismos que puedes fácilmente encontrar en cualquier país.

Me encuentro esperando el atardecer casi polar, aquí en algunas ocasiones, por no decir siempre, todo es muy solitario y se hace presente la sensación de lejanía, es perfecto para mi, tan opuesto a la vida que llevaba en mi país natal, Corea de Sur. Ah... aquella vida tan estresante, encerrado en un cubículo de oficina pequeño, lleno de gente, de teléfonos sonando, de polución... era mucho para mí, me hacía sentir solo y atrapado, al contrario de aquí, en donde me siento libre y solo, pero es una soledad ansiada, hay tanta paz.

Me mantengo abrigado en la espera con algo de chocolate caliente, el cristal de mi ventana, en esta pequeña pero bonita casa, se empaña cada vez que al respirar el vapor se condensa sobre él. Tengo puestas unas medias térmicas en una tonalidad celeste que mi madre me regaló hace ya varios años y son tan calientes y cómodas que no necesito nada más. No es muy buena idea andar descalzos con tanta humedad, pero de vez en cuando se tolera.

Paso en mis tiempos libres escribiendo y leyendo, he ahorrado tanto dinero en mis primeros años aquí que me permito pasar una vida cómoda sin necesidad de conseguir algún empleo fijo, aunque aquí no hay muchas opciones, la gente vive del mar, así que a veces, suelo salir en la embarcación pesquera de Ólavur, un anciano pesquero que me acogió bajo su ala la primera vez que pisé estas frías islas.

Él vive cerca de aquí, nunca le he visto hijos o nietos, algunos lugareños dicen que está loco, que la soledad terminó por desesperar a su corazón, pero desde mi punto de vista, yo creo que es un buen tipo, solo que nadie se ha dado el tiempo suficiente como para conocerlo y pasar tiempo de calidad a su lado. Si se me permite un espacio para describirlo, diría que es nostálgico y algo triste, es un hombre de mediana estatura de unos setenta años de edad, su cabello es blanco y corto, cubierto siempre por una fea gorra de lana marrón, su rostro arrugado como una pasa, tiene vello facial desprolijo, también blanquecino.

Acostumbra tener sus mejillas rojas por el frío y parece no importarle demasiado. Sus manos grandes y callosas son símbolos de su arduo trabajo en el mar, al igual que su piel, que refleja los años del feroés amante de las aguas heladas. Suelo pasar muchas tardes con él, es casi como un abuelo y un amigo fiel dentro de esta comunidad tan celosa de su tierra y su gente. Fue gracias Ólavur que me metí de lleno en la lectura mitológica de esta zona, en las leyendas y cuentos fantásticos, en especial de estos seres tan curiosos como son Las Selkies.

Tienen hasta una estatua que muestra a una mujer Selkie sosteniendo su piel de foca en la mano, la misma está ubicada en la Isla Kalsoy, nunca la he visto en persona, solo la he apreciado por fotos, pero es fascinante como un se han convertido en un símbolo característico de este lugar. Atrae a cualquiera a sumergirse en su historia y mucho más si tienes a personas como Ólavur que afirman haber tenido un romance con una de estas mujeres. ¿Qué son las Selkies según los relatos? Según las historias, no se tiene conocimiento sobre cómo estas criaturas llegaron a existir, no se sabe si fue gracias a una mujer que pudo concebirlos, o fueron obras de los dioses, pero la versión más apegada a la verdadera historia es que estas criaturas fueron creadas gracias a las fuerzas mágicas del mundo marino. Las Selkies desempeñan tanto el papel de presa como el de depredador.

Bajo tu piel [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora