~Parte 12~

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Mientras tanto Wang Yibo seguía sentado en su camioneta, esperando que los escoltas terminaran de subir sus maletas, pues las, y los fans estaban como locos cuando supieron de su viaje a Corea del Sur, a su antigua compañía.

El menor tenía un básico de hangul, así que estudiaría por un tiempo y lanzaría un sencillo en aquel país. Fue la oportunidad que necesitaba para olvidar el dolor que sentía, de un amor no correspondido. Siempre lo amaría, ese era un hecho, pues Xiao Zhan era el amor de su vida.

El castaño quería olvidar todo lo que había pasado, enfocándose en su nuevo proyecto.

Cuando termino con él, fue demasiado imprudente al haberse desahogado con el alcohol. Lo que no sabía era que combinar diferentes tipos de tragos podía causarte una intoxicación.

El menor había aprendido su lección, y no volvió a beber. Pasaba su tiempo libre realizando actividades que lo ayudaran a distraerse, y en las noches enviaba un mensaje al mayor deseando que algún día le respondiera, pero había llegado a su límite.

Cuando estuviera en su nuevo apartamento en Seúl, las pinturas que había comprado de Xiao Zhan le serian enviadas. Quería llevarlas con él enseguida, pero la compra había sido complicada y las pudo obtener prácticamente esa misma tarde. Esos serían sus recuerdos del hombre que amo con su corazón.

Miro por la ventana de su auto. Aquel auto que vería por última vez, el auto que había visto por primera vez a Xiao Zhan desnudo, donde había sido suyo la primera vez. Cada vez que se subía en él, tenía pensamientos lujuriosos sobre esa noche, de ese momento.

La lluvia que había empezado a caer hace unas horas, parecía no tener fin.

Cuando faltaban unos pocos minutos por llegar al aeropuerto, saco el móvil de su bolsillo dándose cuenta que se había apagado. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no había notado que en mucho tiempo no tenía alguna notificación, que por lo general no se detienen.

—Me alcanzas el cargador portátil —pidió el menor a su asistente.

Conecto su celular a este, y espero un momento a que obtuviera un poco de carga para poder encenderlo. Por la ventana pudo ver que el aeropuerto estaba cerca.

Encendió su teléfono he inmediatamente llegaron las notificaciones. Dio un vistazo rápido hasta detenerse en un mensaje de voz. Raramente le dejan mensajes de voz, pues las únicas personas que tiene ese número son personas muy cercanas, podía decir que con los dedos de sus dos manos las contaría, y tal vez serian muchos.

El menor sintió como su corazón tembló al darse cuenta que provenía del contacto de Xiao Zhan. Con su mano llena de dudas en sí debería escucharlo, o no, sostenía su teléfono sobre su muslo. Después de todo, finalmente se había decidido en rendirse, y dar un paso a un lado.

Lo pensó por un momento, pero finalmente se rindió de nuevo a él. Oprimió la opción de escuchar el mensaje guardado.

Sus ojos se cristalizaron, y sus labios temblaron al escuchar aquel mensaje de voz.

—Regresa —pidió al chofer.

—¿A dónde, joven?

El menor le indico la dirección de Xiao Zhan al conductor, entonces este dio la vuelta en un retorno y fue hacia aquella dirección.

Wang Yibo se sentía repleto de felicidad. En el fondo de su corazón, no podía creer que los sentimientos que Xiao Zhan le había mostrado fueran falsos. Ahora tenía la certeza que Xiao Zhan lo amaba como él lo amaba.

El auto se había detenido ya hacía cinco minutos debido a un embotellamiento, y no avanzaba ni una pulgada.

—¿Qué pasa? —pregunto el menor a su chofer al ver que el auto no avanzaba.

Algún día. [Fanfic corto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora