XI

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Eliana solo dejó de resistirse y allí empezó la pesadilla... ¿O visión?


•••



Se encontraba en un establo, aquel que sin importar cuanto tiempo pasara siempre recordaría a la perfección, escuchó a un caballo relinchar, al darse vuelta se encontró con aquel pequeño caballo de su infancia.

—¿Maximus? —la castaña se encogió al nivel del pequeño caballo para acariciarlo.

—¿Eli? — esa voz la reconocería en cualquier— ¿Nenita eres tú?

—¿Mamá? —buscó el lugar de donde procedía la voz para encontrarse de frente con su madre.

—Mi bebé— su madre la abrazó—Mira cuanto haz crecido.

—Te extraño mucho— respondió la chica cediendo ante las lágrimas.

El semblante de su madre cambió a uno serio, casi enojado— Me desobedeciste, te dije claramente que no debías mostrar tus habilidades en hiciste todo lo contrario.

—Esas niñas necesitaban ayuda, podría haberles pasado algo malo— trató de explicar la castaña.

—¿Y cuántas personas pagaron el precio por tu heroico acto? — dijo con frialdad su madre.

De pronto una luz azul nubló toda su vista obligándola a cerrar los ojos, al volver a abrirlos se encontraba en un área libre el color verde del césped y los árboles era realmente maravilloso, se giró y vió una instalación con una gran “A” similar a la de la torre, una brisa veloz desordenó su cabello.

—Te estaba buscando— habló Maximoff con una sonrisa, una dulce sonrisa. Eliana de inmediato se puso a la defensiva pero no atacó— ¿Qué te pasa? Creía que tendríamos un picnic, aunque sí quieres entrenar está bien— dijo un poco confundido.

—¿Qué? ¿Picnic? — habló Eliana aún más confundida.

—¿Estás bien Eli? Linda si te ocurre algo puedes decírmelo— le dijo con preocupación el sokoviano.

—¿Linda? — para Eliana esto ya no podía ser más extraño— ¿No estás enojado conmigo?

—¿Por qué lo estaría? — le preguntó el platinado.

—Traté de matarte— respondió ella.

—Eliana ya supéralo, ya han pasado dos años.


Una luz color amarillo brilló debajo de sus pies, la castaña sintió que caía y todo a su alrededor se volvía amarillo brillante, hasta que por fin cayó. Estaba en lo que parecía ser una celda, trató de moverse pero tenía una camisa de fuerza y algo que a sus ojos parecía un collar para perros. Esto alteró a la castaña que no entendía absolutamente nada.

—Eliana tienes que tranquilizarte— observó a la persona a su lado y era nada más y nada menos que la menor de los Maximoff— sabes lo que pasará si te alteras.

Había algo en todo esto que le hacía imposible tranquilizarse, el collar que traía puesto empezó a emitir ondas lo que logró aturdirla.



Abrió los ojos y se encontraba en un lugar completamente distinto, ya no estaba en esa celda, ni traía la camisa de fuerza, ni aquel horrible collar.

—Hasta que por fin despiertas— volvió a oír la voz del platinado— Fui por algo para desayunar— este se acercó y plantó un corto e inocente beso en los labios de la chica tomándola completamente por sorpresa— ¿Pasa algo?

La castaña necesitaba entender muchas cosas, empezaría por lo más sencillo—¿Dónde está Wanda?

—En Edimburgo con Visión— contestó el platinado— El Cap me contactó, ya arreglamos el punto de encuentro.

Una luz naranja iluminó la habitación en la que ambos se encontraban. Ahora Eliana estaba creando un campo de fuerza alrededor de lo que parecían ser dos personas en medio de un bosque y detrás de ella escuchó el sonido que hace una navaja al entrar y salir de la piel. Al voltear se encontró nuevamente con el mayor de los Maximoff con una enorme Mancha de sangre en su costado.

Este la observó directo a los ojos— Te amo— fue lo que salió de sus labios justo antes de caer al suelo, pero no estaba muerto.

Eliana rápidamente se puso de rodillas para ayudarlo pero él desapareció, todo a su alrededor desaparecía y era remplazado por una luz Roja. Sus ojos se cerraron luego sentía que no podía abrirlos, solo podía oír.




—Aún no puede controlar esto Bruce— identificó la voz de Stark— la mejor opción es el criosueño.

—Está bien— escuchó a Banner— pero trabajaremos duro para que pase el menor tiempo congelada.









—Energix— dijo una voz desconocida para ella— en los libros escritos por Agamotto está su nombre.










Al abrir sus ojos se encontró con la figura de alguien que conocía muy bien.

—¿Barnes? —habló la chica.

—Hasta que te dignas en aparecer— dijo él— vamos Wilson nos necesita.




Todo se volvió color verde y ahora se encontraba en lo que parecía ser un gimnasio.

—Lamento la demora— un chico completamente desconocido para Eliana entró en aquel lugar— Wong me dijo que llegaste temprano— contó el chico asiático. Eliana solo lo observó extrañada.





En un parpadeo todo había desaparecido y Eliana solo escuchó tres chasquidos.






•••



La castaña despertó asustada y confundida.

—Hey niña cálmate— Escuchó a Stark— sólo fue un mal sueño.

Se encontraba en el quinjet, observó a su alrededor y cuatro de los seis Vengadores parecían estar en una especie de estado de fuga, todos sentados en distintas partes, con su mirada perdida. Ella se encontraba en una camilla sentada y Tony estada en un silla frente a esta camilla se giró y vió a Barton conduciendo la nave.

—Todo va a estar bien— Tony volvió a hablar— pronto estaremos en un lugar seguro.

Ambivalent (Avengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora