III

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—La velocidad no te servirá de nada su no tienes una estrategia— le dijo al platinado.

Ya tenía una idea de cómo podría eliminar a aquellos alterados. Jamás se había sentido tan dividida, aquellos chicos eran agradables e iguales a ella, tal vez era la primera vez desde que murió su madre que hablaba con alguien que no le temía o quería dañarla, pero los gemelos estaban completamente entregados a la causa y eso era muy peligroso ya que ambos eran muy poderosos y no durarían en cumplir con las órdenes que les dieran.

Eliana sabía que con solo tocarlos podría llegar a matarlos, lamentablemente no era la primera vez que lo hacía. Se acercó al sokoviano con quién se encontraba entrenando en ese momento.

—Mira Maximoff, no puedes depender solo de tus habilidades— puso su mano sobre el hombro del chico y empezó a hacer lo suyo— porque puede que tu oponente se base en la Estrategia.

La vista del platinado empezó a nublarse, se sentía cansado en exceso, algo estaba mal y lo sabía, no podía mantenerse de pie.

—Lo lamento— susurró la castaña.

No contaba con que la gemela estaba entrando en aquel lugar y al ver lo que la agente le estaba haciendo a su hermano no dudó en usar sus habilidades, levantó a Eliana y la lanzó a un lado para luego entrar en su mente.

Al caer, Eliana pudo sentir como Wanda entraba dentro de su cabeza y su cuerpo dejó de responder.

•••

—¿Mamá? — llamó la pequeña, pero no recibió respuesta alguna —¿Mamá, dónde estás? — Caminó hasta el establo y lo que vió fue a los caballos heridos ya moribundos, habían sido atacados por alguna criatura— ¡Máximus! — vió a su pequeño Potrillo herido y agonizante— ¡Mamá!

La pequeña se adentró en el bosque en busca de su madre, llamaba y gritaba pero no recibía respuesta. Logró ver la entrada de una cueva y allí lo que parecía ser una persona durmiendo.

—¿Mamá? ¡No! —exclamó la pequeña al darse cuenta de que esa persona era su madre, pero, no dormía— ¡Mamá! Mami, por favor despierta— suplicó la niña de rodillas junto al cuerpo de su madre, puso sus pequeñas manos sobre su madre para dar una descarga— por favor despierta, no me dejes sola.

•••

Luego de lo ocurrido en el bosque la pequeña regresó a casa e hizo lo que su madre y ella habían practicado en caso de tener que irse, tomó la mochila que tenía boletos, ropa y dinero que le asegurarían llegar a salvo a Bogotá, allí su madre tenía un apartamento en caso de que surgiera alguna "emergencia".

Tenía el corazón roto, su madre ya no estaba, debía ser fuerte y ver por si misma.

•••

La pequeña caminaba a paso apresurado por las calles de aquella ciudad, escuchó la voz de unos niños que al parecer pedían ayuda. La pequeña Eliana no dudó en investigar, su vista se posó en un callejón de donde identificó que venía el ruido.

Se acercó sigilosamente, vió a un hombre acorralando a dos niñas con intención de hacerles daño, Eli debía tomar una decisión ayudar a aquellas niñas o seguir y llegar al refugio, no dudó que debía ayudarlas. Desde su escondite creó un campo de fuerza al rededor de aquellas niñas, el hombre quedó impactado al ver aquella esfera de color naranja brillante al rededor de la niñas, al intentar tocarla esta le dió una descarga lo suficientemente fuerte como para asustado.

El hombre salió corriendo asustado y las niñas igual, no comprendían que había pasado. Eliana se disponía a continuar con su camino, pero al girar se topó con un hombre rubio que llevaba trajes.

—Lindas habilidades pequeña— dijo el aquel hombre que respondía a nombre de Alexander Pierce— ¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Eliana Moreno— respondió la niña con desconfianza.

— ¿Sabes? Una chica como tú me sería muy útil—

Eliana trató de huir, pero al dar la vuelta un hombre la alzó y mientras forcejeaba otro le inyectó algo en el cuello, esto hizo que su vista se nublara y cayera dormida.

•••

Despertó y vió aquella celda en la cual llevaba días durmiendo, su cabeza le dolía y cientos de horribles recuerdos no paraban de llegar.

—Desde que Pierce te trajo desde Bogotá supe que serías un dolor de cabeza— Las voz Strucker se hizo presente— Si te soy honesto, creí que ya habías aceptado todo, pensé que ya habías madurado, pero tratar de asesinar al joven Maximoff— hizo una pausa mientras negaba con la cabeza— ¿Cómo pensabas encubrirlo?

— Es un experimento, en cualquier momento podía volverse inestable— respondió ella mirando la pared.

— No contabas con que la chica era tan poderosa— rió Strucker y Eliana guardó silencio— Te quedarás aquí hasta que decida si asesinarte o no.

—No me necesitas más, ya tienes a dos nuevas armas, yo sólo soy un dolor de cabeza— habló mientras se escogía de hombros— Pero si vas  a matarme se hombre y hazlo tú.

El hombre se limitó a sonreír mientras se retiraba. La castaña de verdad esperaba que aquel hombre la matara así pondría fin a su infierno.

Ambivalent (Avengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora