Sabor a Desastre

CAPÍTULO I

He vivido mi vida siempre imaginando que algún día podre reunir la fuerza de voluntad para aspirar a un cargo más alto que el de ser una simple recepcionista, por eso que dicen de "cada quien se crea el futuro que quiere" o eso dice mi tía Margot. Pero hasta ahora no ocupo más que un puesto poco importante en la empresa LACROIX FERRAD COMPANY.

Hace 1 años que logre finalizar mi carrera en finanzas, gracias a esta empresa y a la oportunidad que me dio pude lograr pagar mis estudios, con muchas dificultades puesto que me ha tocado difícil mantener mi estancia acá en New York, pagando la renta de un departamento con las chicas, el cual no queda nada cerca de mi trabajo, pagando mis estudios y los préstamos que genero estudiar en una de las mejores universidades del país, puesto que la beca no cancelaba todo. Además, ayudando a mi tía Margot que es como mi madre; Y si, lo he intentado en otra empresa, eso de buscar trabajo en mi área de especialización, pero ningún trabajo me ofrece tan buena paga como Lacroix, aun cuando soy la recepcionista. Trato de imaginar el sueldo de los altos ejecutivos, pero si el mío supera el salario mínimo un 5%, pues, creo que lo de ellos ha de ser una exageración.

Llegando a mi trabajo lo primero que hago es registrar mi entrada, no suelo llegar tarde, me gusta ser muy puntual y mi trabajo en este momento es mi única responsabilidad, saludo al sr. Ronald de seguridad y solo me dispongo a organizar mi puesto, en ese momento ingresa la primera llamada y por lo que veo es de recursos humanos.

- buenos días Helen... -respondo alegremente, obviamente sabiendo que no es otra extensión más que la de mi romming, quien es la secretaria de gerencia en recursos humanos.

- Al, no vas a creer lo que tengo para contarle... - dice ella en su loca emoción, casi logro escuchar los saltos de emoción de mi amiga. Aun cuando tenemos 25 años, en privado seguimos siendo las mismas niñas que se conocieron a los 17 años, iniciando una carrera junta e incluso comenzando a laborar juntas.

Helen es lo más cercano que he tenido a una hermana además de Celine, a pesar de que viene de una familia de grandes profesionales, es una mujer empoderada que quiere lograr sus sueños y metas por sí misma, aun cuando su familia es muy amiga de los Ferrad, ella prefiere ser quien consiga sus méritos, su familia discutió mucho sus decisiones, por lo menos ella cedió a ser secretaria de recursos humanos, solo para que la prensa y amigos de la familia no hablaran de su bajo cargo. Las tres hemos sido muy unidas, hasta que Celine tomo la decisión de ir a vivir sus sueños.

- Suéltalo Helen, tengo trabajo, llamadas que contestar y tu ocupas mi línea... - dije solo para hacerla molestar.

- No seas amargada Alessia, que te llamo para la mejor noticia para tus ojos y los míos... - dijo con el mismo entusiasmo. A lo que yo rodé los ojos por tanto preámbulo, es lo que no soportaba de Helen, siempre quería llenar de misterio cualquier chisme de la empresa. No solíamos pasar los chismes a toda la empresa pero nos encantaba hacerlo entre nosotras. - regreso Al, regreso!.. - lo dijo con aun más entusiasmo. - Olexander vuelve mañana a las empresas. - dijo susurrando al teléfono con mucha emoción.

Yo quede petrificada, Olexander Lacroix Ferrad, mi amor platónico y con el que suelo soñar en cada noche de sueños mojados desde hace 3 años. Iba a volver, mi corazón retumbaba en mi pecho como si quisiera salir. Trabajo en esta empresa desde el segundo año de mi carrera, desde el momento que en la carrera nos solicitaron pasantías y experiencia laboral, tanto Helen como yo vinimos a Lacroix solo por curiosidad, y metimos los papeles por ocio, jamás imaginamos que nos darían la oportunidad de ser pasantes, mientras Celine consiguió enseguida en Marsiani Industries como asistente de Anton, nosotras posterior a un año de estar en el área de archivos nos dieron el puesto en recepción a lo que los padres de Helen se opusieron y a ella la ascendieron.