10. CAPÍTULO

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CAPÍTULO 10.

AUSTRALIA.

-ahí la vi por primera vez, tenía una mirada sumisa, eso me encantaba de ella.

-señor eso está mal, ¿no?

-claro que no, en el amor nada está mal.

El sonido de la puerta sonó, y la presencia de una mujer hizo callar a todos .

-Edmond, ten es para ti.

-gracias, retirarse ahora -todos se retiraron y quede solo-una invitación, cuadragésimo aniversario-relaje mi cuerpo y una sonrisa se formó en mis labios - ahí estaré.

***

ITALIA.

ANASTACIA.

-¡doce! -grite al sacar la carta de baraja.

-ocho -dijo Nara con fastidio.

-no te enojes... Perdedora.

-¿cómo me dijiste?

-perdedora, con toda sus letras.

-maldita-dijo parándose de la silla-ahora si me las pagas.

-ya niñas -escuchamos la voz cansada del señor Jeong.

-¿niñas? -preguntó Karina poniendo los platos en la mesa -ya van para los treinta, ya son ¡SEÑORAS!

Solo le tire una mirada y ella respondió con una sonrisa.

-ya alto-nos ordenó Jeong -sentemonos a comer.

-¿sólo nosotros? -pregunté mirando la gran mesa con sillas vacías.

-si...

-estas bien, estos últimos días no nos cuentas tus historias del ejército, y no tienes tu sonrisa de siempre-le dije con preocupación.

El suspiro y se acomodo en la silla -este es su última cena aquí, los demás ya se fueron a la casa de la señorita Seren.

-¿cómo?

-ayer por la noche la señorita tuvo un accidente en el que corrió mucho peligro, quiere personal de seguridad, mañana es el aniversario de su empresa, gente muy importante vendrá, y ustedes deben estar ahí.

-entonces está es nuestra última comida juntos. -afirmó Karina con un semblante triste.

-así es.

-brindemos -propuse.

-voy a llorar -dijo Nara.

-no exageres, me podrán visitar -hablo Jeong con los ojos cristalinos.

-es que son tres horas y media, estaremos muy lejos -Karina habló con la voz entrecortada.

-nada de tristeza, vamos a brindar, recordemos este momento, como un momento feliz -dije sirviendo el vino en las copas.

-brindemos -Karina alzó su copa y nosotras repetimos su gesto.

-brindó por la bonita amistad que formamos -dijo Jeong.

-brindó por la confianza y lealtad que creamos -dijo Karina.

-brindó por... Que pude conocer a unas personas como ustedes. -dijo Nara—. Y ya no vivo en mi soledad

-brindó por el nuevo comienzo de nuestras vidas -dije y todos bebimos el líquido de las copas.

Pasaron horas entre risas, anécdotas, y muchos abrazos, cuando escuchamos el claxon del carro.

LA MAFIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora