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Nicolás

Duerme a mi lado.

Sus pestañas espesas revolotean en sus suaves mejillas, y sus labios se mantienen entreabiertos mientras ronca suavemente. Sus cabello negro se esparce desordenadamente por toda su frente y lo hace ver como el hombre más hermoso, sexy y tierno, todo a la vez.

Lo veo removerse, sus ojos moviéndose aún con sus párpados pegados a sus mejillas.

Recuerdo con exactitud cada cosa que sucedió ayer, la forma en que me tomó y besó con derecho y posesión. Amé su agarre en mi cintura, la forma en que sus manos me apretaron hacia él y me hizo delirar con solo roces.

Y su mirada... joder, el aliento se me va de solo sentir su mirada en mí, en sus ojos había deseo por mí. Cody me deseaba, aceptó mi propuesta y hoy oficialmente estamos en el inicio de nuestro momento.

Una sonrisa atravesó mi cara cuando mi pecho se sintió cálido, lleno de regocijo al saber que ahora el mismo hombre que duerme a mi lado compartirá su vida conmigo. Lo tendré conmigo toda mi vida, y en mis venas ya corre la adrenalina que eso me produce.

Lo amo, y ya no temo gritarlo al mundo.

—Aún tienes esa mala costumbre de mirarme al dormir. —Cody dice, su voz tan ronca como sexy.

Muerdo mi labio en el momento en que Cody abre sus ojos, tan azules y míos. Dios, nunca me cansaré de mencionarlo. Mío, mío, mío.

—Y lo podré hacer por mucho tiempo, que afortunado soy. —susurro, sonriendo cuando las mejillas de Cody se encienden en el más adorable sonrojo, una sonrisa tierna invadiendo sus cara antes de apresar mi cuerpo con sus manos y esconderse en mi cuello.

No puedo evitar estremecerme por la acción, recordando el sinfín de veces que se apropió de mi cuello como su escondite favorito. Amaba que hiciera eso, sentir su cercanía de esa manera, ningún solo centímetro escapando de nosotros, todo tan perfecto.

Y ahora lo he vuelto a tener, su aliento caliente vuelve a erizar mi piel y la sonrisa más boba e insoportable abandonan mis labios cuando siendo sus suaves labios besarme el cuello, aquel que probablemente esté lleno de marcas por culpa de Cody. Pero no podría importarme menos, porque de hecho, saber que en mi cuerpo están sus marcas me enloquece, mi lado irracional y enamoradizo saltando al sentirse suyo, al sentirse completamente de Cody.

Por muchos años esa sensación me atemorizó hasta mantenerme despierto por las noches. Temía sentir cosas por Cody, y cuando no pude negarlo más, él ya había visto a esa chica linda que fue al bingo con su abuela. Todo después de eso se volvió confuso, explosivo y dañino. Mi cerebro inundó gran parte de esos recuerdos, aquellos que me resultaban demasiado dolorosos para recordar. Pero ahora ya no lo hago más, no huyo del pasado, lo enfrento y dejo ir. He sanado y ahora puedo amar completamente a Cody sin inseguridades de por medio.

—Por favor dime que esto no es un sueño y que en verdad ayer nos hemos besado. —susurra aun en mi cuello, sus manos acariciándome la cintura por debajo de la camiseta, causándome escalofríos por todo el cuerpo.

Llevo mis manos hacia su mandíbula y lo obligo a salir de su escondite y mirarme, —Esto no es un sueño. Ahora estás conmigo y deberás mimarme y darme todos los mimos que me merezco.

Pone los ojos en blanco antes de asentir y morderse su propio labio, —Siempre me ha gustado mimarte. —Dice, con un hermoso brillo en sus ojos que me hace sentir tan a salvo, tan en casa. — Te amo, Nicolás. Dios, te amo tanto que... por mucho tiempo dolió, pero ahora me hace muy feliz amarte.

No puedo aguantar la sonrisa que se me escapa, y antes de darme cuenta estoy hundiendo mis manos en su cabello y besándolo con furor, devorando sus labios gruesos y repitiéndole una y otra vez cuánto lo amo sin despegarme de él ni siquiera para respirar.

𝐒𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐓𝐈 ♥︎ᵎ CodylasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora