𝐒𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐓𝐈 ♥︎ᵎ Codylas

F i n a l

El sonido de su llanto  envuelve la habitación completamente solitaria y fría. Abraza sus  piernas como si fueran lo único que lo protege, lo único que puede  liberarlo del dolor que siente.

El sonido de la madera  rechinando le advierte de la presencia del chico detrás de él. Aquel  chico no dice nada, solo mira su espalda envuelta en la oscuridad de la  habitación. Verlo de esa manera lo tortura, le aprieta el corazón y lo  estruja como un trapo sucio, entierra sus costilla en sus pulmones y lo  ahoga sin piedad.

Pero cuando aquel chico de ojos verdes voltea a mirarlo, puede sentir sus huesos romperse.

Su cara roja y llena de lágrimas ácidas lo miran directo a los ojos.

— ¿Estás enamorado de ella?  —sus ojos hinchados y garganta irritada no le impidieron dejar salir la  pregunta que carcomía su corazón una y otra vez. Teme completamente a  la respuesta, sus manos sudando y temblando son prueba de ello.

Pero se ha decidido a  oírla, a asumir lo que ya sabe y ser fuerte. Le duele, le quema por  dentro, pero también le duele callar. De todas formas, siempre le duele.

Sus ojos verdes se apagan por completo cuando el chico alto frente a él, lo mira a través de sus gafas y asiente sin titubear.

—Si... lo siento, no pude evitarlo.

🍒🍒

Nicolás

Gimo cuando el miembro de Cody da con mi próstata, haciéndome delirar y mover mis caderas para obtener más. Sus manos me aprietan las caderas y yo envuelvo mis piernas en su cintura, hundiéndolo más dentro de mí, buscando más cercanía.

Quiero más de él, quiero todo de él.

—Te amo. —dice en mi oído, mordiendo y dejando marcas en todo mi cuello. Siempre me lo dice, cada vez que puede, cada vez que me abraza o me hace el amor, de sus labios sale la confesión que siempre me lleva al orgasmo.

Y esta no es la excepción, porque no importa cuántas veces me lo diga. Sigo sintiendo la misma emoción como si fuera la primera vez. Acelera el movimiento de su pelvis, arremetiendo contra mi entrada con embestidas fuertes y profundas mientras gruñe en mi oído, mientras yo giro los ojos de placer y me elevo cada vez más, sintiendo el placer envolver cada célula de mi cuerpo, mis huevos apretarse y entonces sé que estoy por explotar.

—M-más. —pido.

Y él me da más, sus estocadas erráticas terminan por hacerme gritar en el mejor orgasmo mientras me deshueso en la sábana, sintiéndome tan bien como solo Cody logra hacerlo. Lo miro a los ojos, él aun moviéndose dentro de mí con fuerza, persiguiendo su explosión que cada vez se acerca más. Puedo saberlo por la intensidad de su respiración, por la forma en que arruga sus cejas o el brillo poderoso de sus ojos, por como entierra sus dedos en mis caderas y sus movimientos se vuelven desordenados, hasta que se detiene y deja salir un gemido que me eriza todo el cuerpo. Mi interior se llena de su espesa y caliente esencia mientras Cody se deja caer en mi cuerpo y muerde mis clavículas.

Le acaricio la espalda, recibiendo sus espasmos y cuando veo que se relaja, sonrío. Me abraza por la cintura y esconde su cara en mi cuello, sin moverse de encima de mí ni mucho menos salirse de mi interior.

—Yo también te amo. —le digo, mi voz ronca y trémula por la cantidad de sonidos que anteriormente había hecho.

Lo escucho sonreír contra la piel de mi cuello antes de incorporarse y besarme en los labios un beso suave y lento, lleno de sentimientos que tengo para recibir y darle por el resto de mi vida. Los meses pasaron, los días se volvieron un sueño para mí. Poder despertar frente a este hombre todos los días se volvió mi adicción, sentir sus manos en mi piel como una necesidad y sus ojos sobre mí... esa es mi parte favorita.