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Día 2

Querido diario:

¡Tomioka-san es muy gracioso! Hoy por accidente tire su almuerzo, y se puso triste.

Pero rápidamente lo solucione.

¿Dar comida es una forma de consuelo?

...

Ahí venía de nuevo, casi se había acostumbrado a verla todos los días.

Cómo una mariposa, revoloteando a su alrededor.

—Tomioka-san— tarareó su nombre.

El la saludo con un asentamiento de cabeza, su boca en ese momento se encontraba llena y sus manos... Sus manos ya no cargaban nada.

—Uy.

Su mirada se dirigió lentamente al suelo, como si lo aterrara ver lo que ya imagino, su sandwich esparcido y destruido.

Frunció sus cejas y miro a la culpable de su desdicha.

— Lo siento, Tomioka-san, pero comer comida chatarra no es bueno para tu salud— intenta consolarlo— No lo hice a propósito, fue un accidente— aclaró.

El guardaba silencio.

—Mejor ten...— y descolgando la mochila de su hombro, rebuscó entre sus cosas un recipiente— Domplings.

—No es necesario.

Se negó, no porque no tenía hambre, se negó porque lo había preparado ella y aceptar cosas de una chica es algo muy personal e íntimo.

—Acepta, tire tu comida.

Y tras largos minutos de insistencia los recibió.

Sus ojos desbordaron brillo cuando llevo uno a su boca, su paladar jamás había degustado algo tan delicioso.

Salmón y rábano.

Ella los había hecho específicamente para él.

—Esta delicioso— alago en un murmuró comiéndose otro.

—Gracias, Tomioka-san.

Ambos degustaron esa tarde un par de Domplings y compartieron la compañía del otro.
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Sweet-Danielle

Enamorando a Tomioka-San Donde viven las historias. Descúbrelo ahora