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Día 8
Querido diario:
Tomioka-san y yo, pasamos toda una tarde juntos, haciendo algo aburrido, pero juntos.

...

A Shinobu le fue inevitable no comentarle a su amiga, a la que más confianza le tenía, sobre su enamoramiento.

Talvez ese fue su primer error...

Ahora se encontraba acomodando todo a su alrededor para la llegada de el azabache.

Maldecía, sin insultos fuertes, la intromisión de su compañera a la hora de que su profesor hiciera grupos para un trabajo.

Aprovecho que esa era una de las clases que compartían los tres y pidió a gritos que Tomioka y ella hagan la tarea juntos.

En su momento, sonrió tranquila, guardando cualquier rastro de nervios, e incluso bromeó con el chico diciendo que sería todo un gusto estar a solas.

Diablos, como se arrepentía.

El timbre sonó y la saco de sus pensamientos, echándole un última mirada a la sala, y asegurándose que todo esté bien, camino a abrir la puerta y dejar entrar a su compañero.

—Kocho, ¿con que empezamos?.

Tomioka no quería perder el tiempo. No es que no le agradará la chica, solo estaba nervioso, la última vez descubrió algo demasiado privado de el.

—¿No quieres té o agua? Así empezamos cómodos.

El asintio— Un vaso de agua,... por favor.

Cumplió su pedido, y luego se sentaron para continuar con el trabajo.

Tomioka se encontraba calmado ya llevaba bastante tiempo explicándole a su compañera como empezar, ella se mantenía sumisa, bueno, hasta que termino de hablar.

—Me parece una felina tarea— mencionó.

Y el chico sabe que se burla por lo del otro día.

—Kocho...

Shinobu lo mira fingiendo inocencia, finalmente suelta una risa.

—Tomioka-san, eres muy tierno.

Giyuu niega mientras se cubre con sus hojas, la mariposa evade eso y lo vuelve a mirar a los ojos.

—Kocho, hagamos esto— menciona ahora sí centrado en el material de estudio.

—Bien, me hace miau feliz.

Tomioka gira su cabeza, ahora para enfrentarla pero descuida por un momento la cercanía de ambos, un poco más y sus narices se rozaban.

Se sumergen en el silencio, hipnotizados por completo con sus miradas.

El ambiente logra romperse cuando Tomioka la nombra en un susurro y ella explota en un sonrojo.

Tras eso continua como si nada.

—Deja de burlarte.

Si, talvez ese era el castigo que necesitaba recibir para ahora sí ponerse sería.

Asiente, mientras se concentra en su tarea. No puede olvidar la cercanía de hace unos momentos, por lo que difícilmente logra realizar un punto.

La tarde trasciende y luego de insistir que la acompañe a tomar el té, Tomioka se retira con la mitad del trabajo hecho.

Shinobu le aseguro enviarle lo que falta en unas horas, y también comentando que fue agradable pasar en compañía con él.
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Sweet-Danielle

Enamorando a Tomioka-San Donde viven las historias. Descúbrelo ahora